Estamos habituados a encontrar casos de niños fenómeno en remotas partes del mundo que nos dejan sin palabras. A lo que no estamos tan acostumbrados es a que estas criaturas sean de nuestra isla. Aquí tenéis la prueba que el talento musical es algo que florece en pequeños seres humanos de todas partes del mundo y que no diferencia el estilo musical al que se dedican.
Este mini fabioler es el fenómeno de la percusión y del viento sin levantar dos palmos del suelo; si sigue así está claro que dentro de diez años será el embajador y el crack de la música tradicional mallorquina.






