El pequeño comercio mallorquín lanza un mensaje claro y directo: el turismo no es el enemigo. Bajo el lema “Mallorca’s Shops Love Tourists”, la patronal PIMECO ha puesto en marcha una campaña para reivindicar el papel clave que juegan los visitantes en la supervivencia de miles de tiendas de la isla, y alertar del peligro que supone alimentar un discurso antiturismo. Cada vez más hostil hacia quienes eligen Mallorca como destino.
“Nos preocupa mucho que esté calando la idea de que el turismo no es bienvenido”, explica Carolina Domingo, presidenta de PIMECO. Recuerda que el 90 % de las compras que hacen los turistas en la isla se realizan físicamente, en las calles, en comercios de proximidad. “Si esos turistas dejan de venir por sentirse rechazados, el pequeño comercio desaparecerá”, sentencia.
La campaña busca reforzar el vínculo entre visitantes y comercios locales, y poner en valor el turismo responsable y consciente, el que se interesa por el producto local, el trato cercano y la identidad del lugar. “El turista que compra aquí no solo se lleva un recuerdo, también nos ayuda a mantener tiendas, empleos y tejido social. No es solo una venta, es una apuesta por el futuro de nuestra isla”, afirma Domingo.
Esta reivindicación llega en un momento clave del calendario. Con el arranque de las rebajas de verano este jueves 27 de junio, el sector afronta uno de los periodos más intensos del año. Aunque las perspectivas turísticas son positivas, desde PIMECO advierten que el actual calendario de descuentos ahoga al comercio de proximidad.
“Las rebajas empiezan demasiado pronto”, denuncia Domingo. “Cuando el pequeño comercio apenas ha empezado a vender la colección de verano, ya lo está haciendo con descuentos. Así no hay quien aguante”, lamenta. La patronal propone recuperar el calendario tradicional, con el inicio de las rebajas el 1 de agosto, para no comprometer los márgenes de beneficio en los momentos de más actividad.
A esto se suma la competencia feroz con las plataformas digitales, que operan con condiciones imposibles de igualar para una tienda local: grandes volúmenes de stock, precios bajos, envíos gratuitos y una visibilidad online global. “No podemos competir en esas condiciones, y además compramos poco y caro. Estamos en desigualdad total”, insiste la presidenta.
A pesar de ello, PIMECO confía en el valor añadido que ofrece el comercio local: trato personalizado, producto único y conexión directa con la isla. Por eso, animan tanto a turistas como a residentes a comprar en el pequeño comercio. “Cuando compras aquí, compras futuro. El de tu barrio, tu pueblo, tu gente. Apostar por el pequeño comercio es defender un modelo más humano, cercano y sostenible”, concluye Domingo.
