Desde hace semanas se informa sobre la pugna soterrada entre Rodríguez y Bauzá sobre la candidatura del PP en Palma. Rodríguez quiere ser el candidato, pero Bauzá, que sigue sin hablar del asunto, prefiere otro cabeza de cartel. Rodríguez tiene todo el derecho del mundo a pretender ser el candidato del PP en Palma desde que ganó las elecciones de la junta territorial, pero quizás es cierto que no es el candidato de renovación que ahora mismo entra dentro del perfil que busca Bauzá. El PP se juega mucho en Palma. Las distintas teorías políticas que circulan aseguran que si el PP gana en Palma, con total seguridad obtendría la mayoría absoluta en Mallorca y, por consiguiente, una mayoría suficiente en el Parlament. El riesgo de presentar a Rodríguez, dicen, es que el presidente del PP Palma movilizaría al electorado de izquierdas que ahora está decepcionado con la incapacidad gestora de la izquierda. Esta teoría puede ser válida, pero no deja de ser lamentable que la izquierda necesite un revulsivo para ir a votar. Nos han hecho creer durante tres años que Aina Calvo era el mirlo blanco del PSOE para que ahora aseguren que tiene que presentarse Rodríguez para que su electorado la pueda votar de nuevo. Es incomprensible, pero es así.
