Leo la crítica socialista a la decisión de que el conseller de Presidencia sea el nuevo director general de IB3. Comparto que es impresentable, que había mil formas diferentes de resolver este problema, entre las que se me ocurren que cualquier alto cargo de IB3 pueda cumplir esta función. Pero, dicho esto, el PSOE en su crítica también ha derrapado. Dice que creía que el nombramiento de María Umbert, jefa de gabinete de Matas, había sido el abuso máximo. Sólo olvidan decir que el PSOE y sus socios nombraron director general al jefe de comunicación de Unió Mallorquina, jefe de gabinete de Munar, exjefe de gabinete de Sampol (PSM) y aspirante a la secretaría de los nacionalistas que, encima, ni siquiera sabía dónde estaba la televisión. Está demostrado que es mucho más fácil ver la viga en el ojo ajeno que la propia, porque las dos son vigas.





