Cuando baja la marea se ve quien nadaba sin ropa. El paso del tiempo resquebraja el discurso inicial sobre la pandemia motivado, quiero pensar, por la urgencia y el estado de shock que vivimos el año pasado.
Ahora que el miedo se está echando a un lado, empiezan a surgir fugas en el discurso inicial de autoridades políticas, científicas y médicas.
El miedo vino alimentado durante más de un año por mensajes sincronizados en televisiones de todo el mundo, empleando expresiones e hilos conductores sospechosamente idénticos resaltando la letalidad del virus. El mensaje de cabecera de los informativos, recuerden, ha sido (y sigue siendo) la cifra de muertos y contagiados. El virus del miedo ya estaba inoculado en la población, no sé si de manera consciente o inconsciente.
Aprovecho la tregua que nos da el miedo para realizar un análisis más sereno de algunos hechos acontecidos últimamente.
Gracias al Ministerio de Sanidad se ha podido conocer que el Sars-Cov-2 no se encuentra aislado ni secuenciado. Las dudas sobre este punto las expuse hace unas semanas y son importantes. El propio Ministerio señala además que la técnica de la PCR no es un sistema de diagnóstico adecuado para su detección, según informe del Ministerio de Sanidad. En este sentido, el patólogo canadiense Roger Hodkinson, afirma que la PCR crea el 95% de falsos positivos en gente perfectamente sana, calificándose erróneamente como “casos” de Covid. Aviso: este patólogo como todos los que alzan la voz en contra de la versión oficial, ha sido desmentido otras afirmaciones por un fact-checker o, como ellos se consideran, auditores de la verdad. Pero, ¿quién chequea a los fact-checkers? Este tema es muy interesante si se tiene en cuenta quien financia a algunos de ellos. Follow the money, ¿recuerdan?
Este patólogo canadiense define lo ocurrido como una gripe más grave de lo normal de carácter estacional. En este sentido se pronuncia en un reciente estudio el Instituto de Salud Global de Barcelona que ha encontrado evidencias que muestran una fuerte relación entre el clima y el número de casos. Esta estacionalidad del virus en cuestión puede sugerir dos cosas antagónicas: O bien que se había exagerado en las medidas a lo largo de todo el año o bien, que es lo que me temo, que nos podemos preparar para una vacuna cada invierno, como con la gripe.
El pasado 6 de octubre se ha dictado un sorprendente auto del Juzgado número 6 de Primera Instancia del municipio de Telde en Gran Canaria que deja traslucir perlas como que no existen razones médicas suficientes para administrar de manera forzosa la vacuna contra la Covid. Pocos medios se han hecho eco del mismo.
También dice el auto que las vacunas necesitan dos requisitos para ser legales: una prescripción médica y el consentimiento del inoculado. Si no se cumplen ambos, su administración será ilegal y los sanitarios que la inoculan se convierten en responsables directos de los daños de esa vacuna. Como lo oyen.
No se puede obligar a nadie a vacunarse. Lo dice una juez.
¿Qué pasará con aquellos empresarios que han obligado a sus empleados a vacunarse si querían mantener su puesto de trabajo si estas tienen efectos negativos en su salud?
Quienes llaman necios y asesinos a quienes han decidido no vacunarse ejercen otro tipo de presión social. La apología de la vacuna es una forma de obligación indirecta. Estos personajes deberían retractarse de sus palabras y pedir perdón. Véase el caso de Ana Rosa Quintana, Jiménez Losantos, Isabel San Sebastián o José Sacristán, entre otros famosos. A tenor de este auto no sé yo quien es más necio: el que no se vacuna o el que insulta a quien ejerce la verdadera libertad que es la de decidir sobre su propio cuerpo.
Otro hecho acontecido tras el estado de shock inicial es que Suecia, Dinamarca y Finlandia han suspendido la vacunación de Moderna en menores de 30 años por sus dudas sobre los efectos secundarios.
El número uno del tenis mundial, Novak Djokovic también duda y puede perderse el Open de Australia. El primer ministro de ese país ha anunciado que ningún tenista no vacunado podrá traspasar sus fronteras. Novak se opone a la discriminación que sufren quienes han decidido no vacunarse. Afirma el tenista que está muy decepcionado con la sociedad mundial en este momento y con los medios de comunicación por cómo transmiten las noticias y cómo presionan a las personas. Algún conocido jugador de la NBA también se pronuncia en este sentido.
La retirada del miedo es temporal. Hasta que vuelvan a inocularlo. Esta tregua ha favorecido la reflexión de quienes no lo hicieron en su día y ha permitido traslucir la duda de quienes, tras dos dosis, se niegan a inocularse la tercera al ver personas con la pauta completa siguen contagiando o incluso muriendo por Covid. O porque en los últimos meses están viendo más casos de desvanecimientos y muertes repentinas que nunca.
El miedo ha descendido temporalmente. Si estamos ante un virus estacional, este invierno volverá a golpearnos y con él, el miedo. Déjenlo al margen antes de tomar decisiones. Esa debe ser la gran enseñanza de la pandemia. Ni todo es como decían ni es bueno decidir bajo presión sobre una decisión para toda la vida.
El miedo es nocivo y coarta la libertad de decisión. El miedo es el virus y el virus es el miedo. La vacuna más efectiva es mantenerse alejado de él antes de decidir.