Emocionándonos con las emociones

Somos seres emocionales. Sentimos antes de pensar. Nos movemos por intuición.  Y aprendemos por imitación y principio del placer.

El cerebro emocional el la orquesta responsable de nuestra música limbíca. Esta implicado en la motivación, emoción, memoria y atención. Interviene en las cuatro efes: fear , fight, food  y fornication. Una visión más “noble” es que interviene en el rol del sexo, la territorialidad y los vínculos (la lealtad).

Es muy posible que la mayoría de las acciones diarias están ya establecidas limbicamente antes que las intelectualice neocorticalmente, con lo cual el libre albedrío habría que relativilizarlo y habría que poner un gran énfasis en la potenciación, ya desde la primera infancia en  la inteligencia emocional.

Hay personas  violentadas  por las circunstancias de su vida que se instalan en la violencia como la única manera de sobrevivir-ya que no de vivir- y parasitados por la envidia, el odio, el resentimiento, la desconfianza hacia si mismos y hacia los demás, añadido a un profundo miedo a la vida  y la muerte, que como telón de fondo, lo contamina todo. Estas son una de las claves que nos permiten deconstruir y comprender el fenómeno de la violencia en el contexto social actual.

Como dice el neurocientífico Joaquin Fuster , algo hemos hecho mal por el camino. Hemos idealizado el yo. “Somos una colección de egoístas codiciosos que no tenemos en cuenta las necesidades de los demás, entre las cuales las esenciales son el amor y la filiación. Entonces en muchos sentidos nos estamos suicidando evolutivamente. Las virtudes evolutivas son, entre otras, la confianza y la cohesión del grupo”.

Hay siete principios para la gestión emocionalmente ecológica de las relaciones El objetivo seria:  aumentar calidad relaciones interpersonales, prevención de conflictos, respeto y  espacio de interacción de crecimiento conjunto:

Principio de autonomía personal: ayúdate a ti mismo y los demás te ayudaran.

Principio de prevención de dependencias No hagas por los demás aquello que son capaces de hacer por si mismos.

Principio de bumeran. Todo lo que haces a los demás te lo haces a ti mismo.

Principio del reconocimiento de la individualidad y la diferencia. No hagas por los demás aquello que te gusta a ti: pueden tener gustos distintos.

Principio de moralidad. No hagas por los demás aquello que no quieres que te hagan a ti.

Principio de auto aplicación previa. No podrás hacer ni dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti.

Principio de limpieza relacional. Tenemos la responsabilidad de hacer limpieza de las relaciones ficticias, insanas y que obstaculizan nuestro crecimiento como personas.

No somos responsables de lo que sentimos  (las emociones no se eligen ni se planifican) pero sí de aquello que hacemos con lo que sentimos. Lo que importa es cómo se gestionan, lo que se hace con ellas. Escogemos nuestra actitud y nuestra conducta. Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por ello y quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional.

Recuerden la tolerancia es la armonía en la diferencias, y esto es clave en una sociedad multicultural con diferentes valores.

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