Me he comido dos o tres panades, un cucarroi, una coca de preves torrats y, un robiol de cabell d'àngel para endulzar la cosa. Aún así, en días tan señalados de pancaritats i demás romerías, me atrevo a decirle, que, espero que la Semana Santa haya sido así santa y provechosa para todos los que quieren ser santos y también para los que no se atreven a serlo, para los que no comen panades y para los que no se las comen porque no saben lo que llevan dentro, para los que son penitentes durante una semana con o sin confraria, o los que son penitentes durante todo el año y se lo curran. !Qué bueno fue el Huevo de Pascua insuperable oiga!
Lo que más me ha gustado -empanadas a parte- ha sido husmear en el ambiente aquel tufillo agradable que olorábamos en el internado aquellos días de ceremonias sin fin de la Semana Santa. La verdad que añoro aquellos años con amigos y gente cabal que educó bien mi conciencia y me enseñó a reflexionar y a meditar, lo mismo que detesto a ciertos personajes siniestros que por muy revestidos que se pusieran en los oficios y ceremonias, fueron unos auténticos cabrones. Lo bueno sale a flote y se queda y es los que nos mantiene grato el recuerdo. Hablando de empanadas, si Sa Panada es de buena pasta estamos salvados. Si la pasta, la envoltura de la panada está correctamente confeccionada por unas u otras manos, lo que lleve dentro, por humilde que sea, siempre será gustoso y bueno.
Este Papa, del que sigo enamorado, continúa sorprendiendo a los que sin ser decididamente agnósticos, creemos caminar hacia la luz que algunos profetas como él encienden y predican sin precisar maestros de ceremonias que les apunten lo que tienen o no tienen que decir. Aún así, somos conscientes de que la mayoría de linternas están apagadas y al Papa, cualquier día de estos, se la tirarán al suelo.
Bergoglio dijo el Miércoles, creo que durante la ceremonía de la “Misa Crismal :!Ya está bien de curas aburridos y con cara de vinagre”. Le alabo el gusto, no el del vinagre por supuesto, sí el de la alegría a la hora de animar al rebaño y convivirlo y mezclarse e impregnarse con su olor. Qué lejos están muchos de sus discípulos, que aún siendo buenas personas muy cultos e inteligentes, viven su particular retiro, se desplazan avinagrados en su carroza y ni se dan cuenta de lo que les pide la calle. !Alegría Aleluya que ha resucitado! ¿no?” pues eso i molts d'anys felicidades.
