—Dos30’ lleva ya nueve años en el mercado. ¿Cómo se posiciona ahora mismo en el sector?
Rompimos el oligopolio que había en la consultoría de audiencias. A día de hoy, somos la consultora líder del país. Trabajamos con los principales grupos de comunicación de España y con la práctica totalidad de networks internacionales. Colaboramos con casi todas las grandes productoras de televisión del país. Además, nos hemos hecho muy conocidos por nuestro liderazgo en redes sociales. Somos la consultora con más engagement en plataformas como X, LinkedIn o Instagram. Esto nos ha dado visibilidad directa ante los directores generales de las principales cadenas, tanto a nivel nacional como autonómico. A las ocho de la mañana, el sector está muy pendiente de nuestros análisis.
—Para quienes no conocen bien este sector, ¿cuál es su método de trabajo?
Trabajamos exclusivamente con Kantar Media, el medidor oficial de audiencias en España. Sus datos provienen de audímetros instalados en hogares representativos a nivel nacional. Con ellos podemos analizar qué ve la gente, a qué hora, durante cuánto tiempo, cómo hacen zapping, qué tipo de contenidos prefieren según su perfil socioeconómico, su entorno o si tienen plataformas de streaming. Por ejemplo, sabemos qué ve la gente que tiene Netflix en casa, o qué consumen los usuarios de videoconsolas. Con esos datos, hacemos nuestro análisis.
—¿Esa información cambia mucho?
Depende. Hay hábitos muy consolidados. El espectador que ve "El programa de Ana Rosa", por ejemplo, suele ser fiel. Pero, claro, varía según el target: los jóvenes consumen de una manera, los adultos de otra...
—¿Para qué le sirve esta información a las cadenas?
Para decidir qué emitir. La televisión vive de tener audiencia: cuanta más audiencia, más valen sus espacios publicitarios. Pero además hay una labor de entretenimiento, divulgación e información. La tele, para mí, cumple una función de servicio público, sea privada o pública. Cuanto mejor conecten los programas con lo que quiere la gente, mejores datos y más retorno económico tendrán.
—¿El espectador tiene realmente poder con el mando o simplemente ve lo que se le ofrece?
El espectador decide. Hoy hay muchas opciones: "Mañaneros", "Ana Rosa", "Espejo Público", "Aruseros"... nadie impone nada. La gente elige dentro de la oferta, pero elige.
—¿Y si ven la televisión en diferido, por plataformas tipo Vodafone TV?
Eso también se mide. Los audímetros recogen el visionado en directo —lo que llamamos lineal— y el diferido. Si pausas un programa y lo retomas más tarde, eso queda registrado.
—Centrándonos en IB3, ¿qué valoración hacen?
IB3 es una buena cadena autonómica. Tiene una función clave de servicio público en Baleares, tanto para los que viven allí como para quienes tienen segundas residencias. Con la llegada en abril del nuevo director general, Josep Codony, la cadena ha crecido. En mayo ha registrado un 5,1% de cuota de pantalla, frente al 4,5% de hace un año. Es un aumento del 13%.
—Uno de los cambios más relevantes ha sido el informativo de mediodía, ¿no?
Sin duda. El "IB3 Notícies Migdia", con Silvia Pol, ha pasado de un 13,6% en mayo de 2024 a un 14,8% en mayo de 2025. Es líder en su franja. Cuando se emite, es la opción más vista. Los cambios en informativos han sido clave para este nuevo crecimiento de la audiencia de IB3, un 9% que ha elevado el rendimiento de toda la cadena. La sobremesa es una franja de alto consumo y eso tiene impacto directo en la media mensual.
—También han crecido mucho las retransmisiones de eventos populares.
Sí, las festividades, procesiones o celebraciones populares ahora se emiten más que antes. Eso atrae especialmente al público mayor, que consume mucha televisión y agradece ese tipo de contenido. Y les conecta con su entorno. Las cadenas nacionales no ofrecen ese nivel de proximidad.
—¿Es realista pensar que IB3 puede mejorar aún más sus cifras?
Depende del contenido. El minuto más visto en mayo fue del 15,7%, durante la previsión del tiempo. Y no es casualidad: el tiempo siempre es uno de los bloques más vistos en todas las cadenas. Porque afecta a lo cotidiano.
—¿Cómo se sitúa IB3 respecto a otras autonómicas?
En la media. Hay excepciones como TV3 o Canal Sur, que tienen cuotas más altas, pero IB3 está en buen nivel. Y más si tenemos en cuenta los presupuestos. Cuando una autonómica compite con generalistas que manejan presupuestos millonarios y consigue crecer, como ha hecho IB3, es que hay muy buen trabajo detrás.
—¿El presupuesto marca la diferencia?
Es importante, pero no lo es todo. Las autonómicas cumplen una función de servicio público también desde el entretenimiento. Y eso tiene impacto directo en la calidad de vida. Hay mucha gente sola, y sentirse acompañado por la televisión es algo real, tangible. A veces, eso no se valora lo suficiente.
—La diferencia entre el informativo de mediodía y el de la noche de IB3 es muy marcada. ¿Es normal?
Sí. A mediodía, el informativo es una de las primeras ventanas de información. Por la noche, la audiencia está ya muy expuesta a la actualidad: ha visto la tele durante el día, ha leído noticias, ha escuchado la radio… y además compites con gigantes como Vicente Vallés o Carlos Franganillo. También en Baleares hay un alto consumo de televisión de pago y cadenas internacionales. Es una franja más complicada.
—¿Algo más que merezca la pena destacar?
Sí, un dato clave. IB3 ha pasado de ser la tercera cadena más vista entre los hogares que hablan la lengua autonómica, a la segunda. Ha subido del 10,1% al 11,9%. Es una mejora importante y, de nuevo, es mérito de una dirección que conoce a su audiencia. Esa capacidad de aunar sensibilidades —catalán, castellano, población extranjera— hace que la cadena gane relevancia e identidad.
