De acuerdo en que no es una idea positiva, de acuerdo en que es un montaje delictivo, de acuerdo en que, como va a suceder, el afectado tiene que acabar entre rejas. Pero no me dirán que la idea de robar los carros del aeropuerto no es creativa. El tío se llevó mil carritos. Mil. O sea tantos como para dar la vuelta a Mallorca. Ustedes verán: robar se está poniendo muy difícil; hay mucha competencia, mucha creatividad, muchos aspirantes a enriquecerse a toda pastilla. Este hombre que se llevó los carritos, que logró más de 20 mil euros con esta fórmula, ha demostrado que ha sabido encontrar un nicho insólito, impensado. Podría ser un atenuante en el juicio.





