Evite el consumo compulsivo de Urgencias Hospitalarias

Hay que reconocerlo, este verano está siendo muy estresante para los pacientes – más paciencia que el santo JOB- que acuden a los servicios de urgencias de nuestros hospitales, sobre todo en HUSE, Son LLatzer y Can Misses. Más en junio y julio, menos en agosto, el Síndrome de Urgencias Hospitalarias Saturadas (SUHS) mantiene su recurrencia y persistencia, a través de tres fases: sobrecarga asistencial, que evoluciona a la saturación y de ahí al hacinamiento.

Las causas son multifactoriales: déficit de profesionales- sobre todo en Son Llatzer-, cierre de plantas hospitalarias, apertura insuficiente de camas, dificultades de derivación a otros recursos sobre todo sociosanitarios, no adecuación de ratio de cirugía programada con ratio de ocupación de urgencias y exceso de población flotante.

Es patética la narrativa por parte de la Administración con actitudes banalizadoras y de negación que buscan chivos expiatorios en vez de centrarse y optimizar las estrategias de resolución. A veces sus declaraciones mediáticas todavía enervan más a los profesionales. La impostura y la sobreactuación no resuelven lo que no es.

Pero hay un factor que nos atañe a todos y sobre el cual ninguna Administración realiza la suficiente y necesaria pedagogía, por cuestión puramente de estrategia política: la utilización compulsiva por ciudadanos, que acuden a los servicios de urgencias hospitalarios, presentando cuadros clínicos banales y leves, saltándose las urgencias de la Atención Primaria. Y a esto hay que sumar las derivaciones inadecuadas que se realizan.

Las cifras son alarmantes: los 30-40 % de los pacientes que acuden a Son Espases o Son Llatzer presentan seudourgencias que deberían de ser atendidas en las urgencias extrahospitalarias. Esto se traduce en escenarios de más tensión con pacientes y familias, con merma de la calidad y calidez asistencial, esperas más largas para ser atendidos, aumento del copago del parking insuficiente en son Espases y agotamiento y fuerte desgaste para los profesionales que deben de focalizar su atención y su tiempo en pacientes más graves

Es por lo tanto exigible, que en la sociedad se instale un creciente corresponsabilidad que racionalice el consumo compulsivo de las urgencias hospitalarias y más en el contexto actual.

Aprovecho para agradecer a todos los profesionales de los servicios de urgencias, por su compromiso y su dedicación que demuestran día tras día, intentando tratar a sus pacientes con una relación humanizadora, cercana y próxima en condiciones de precariedad y sobrecarga.

¿Habrá ambulancia-uvi de la zona de Can Picafort el mes de septiembre?

Esperemos que se imponga la racionalidad y el 061 mantenga la ambulancia –uvi en la sobrecargada zona turística que va desde Can Picafort a Formentor. Los datos son relevantes: 100.000 habitantes los meses de verano y un alto riesgo de situaciones emergentes excepcionales. Esta ambulancia está constituida por médico, enfermero y técnico y quieren sustituirla por una básica (dos técnicos). ¿Qué opinan los alcaldes de los municipios afectados?

Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma. No olviden en fabricarse un buen estrés posvacacional. Y renuncien este verano a la quejorrera patética y lacrimógena, el medio ambiente no puede permitirse tanto consumo de kleenex.

A por cierto la turismofobia no existe, lo confundimos con el hostigamiento psicológico y vandálico de cuatro desustanciados que okupan su tiempo jodiendo al personal que quiere, puede y paga por turistear.

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