Eso es el Galeón San José: Un cementerio de 589 españoles desde su hundimiento en 1708 frente a las costas de Cartagena (Colombia), en la batalla del Barú contra el inglés.
Según la convención de UNESCO de 2001 sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, sus restos tienen la consideración de tumba submarina y no pueden ser objeto de explotación comercial.
Pero claro, Colombia firma convenios internacionales o no, cuando le conviene, y ya se imaginarán por donde se pasó el convenio de UNESCO.
Teniendo en cuenta que la Diplomacia es una habilidad que el Señor nos negó a los españoles, ya que no hay que confundir, cañones y cojones con hábiles negociaciones, digamos que nuestros diplomáticos en America Latina son un hazme reír, y sólo el Rey Juan Carlos con aquel sublime “¡Por que no te callas!” puso en su sitio al Bananero Mayor, pero lo que es en cuestiones internacionales, la ausencia de ninguna política coherente y proactiva española en torno al legado subacuático hispánico, especialmente fuera de las aguas del Reino, hace que el esperpento campe por sus anchas.
Ahí abajo a 612 metros de profundidad, calculan que hay 200 toneladas de carga entre oro, plata y esmeraldas. Eso es lo que importa.
Colombia ya ha empezado la extracción: un cañón, una taza de porcelana y tres macuquinas (monedas), así como dos fragmentos de porcelana y restos de sedimento. Todo ello en una campaña mediática por parte de los colombianos y en la ya reconocen que: “tendremos problemas porque hay piratas en el mundo que se quieren quedar con lo que ellos llaman tesoros”.
Como es habitual en estas campañas mediáticas, que son una cortina de humo para cubrir sus propias vergüenzas (y Colombia y Petro tienen muchas), se pretende tachar al ciudadano de gilipoyas. ¿Ahora se enteran los colombianos que hay piratas que saquean? ¿Con quien negociaron sino que con la cazatesoros de Sea Search Armada, que fueron los que descubrieron el pecio en 1982?.
Digamos que la Armada Colombiana de tecnología submarina y recursos científicos no va sobrada especialmente, y en cuanto a su capacidad e hitos militares está a la altura de la Armada de Paraguay, que no tiene mar, por lo que no creo que los cazatesoros la vean ni siquiera, como amenaza disuasoria de vigilancia.
Glocca Morra Company es la compañía norteamericana armadora del Sea Search Armada, por lo que con el caribe, ocupado por la IV Flota norteamericana, aquello va a ser una merienda de negros o mulatos, según se mire. Es más, les aseguro que la IV Flota será la que vele por la seguridad e integridad del Sea Search Armada y cualesquiera cazatesoros norteamericano que se precie bajar al pecio.
Creo que es el momento que arqueólogos, historiadores y científicos españoles, se reúnan con la Colau para estudiar como fletar una nueva armada que plante cara a la IV Flota, y vele por los intereses de los indígenas Killakas, Carangas y Chichas, que vienen solicitando que el galeón San José sea considerado patrimonio común y compartido, no sólo de España y de Colombia sino también de las comunidades indígenas, “por el hecho de que mucho de su contenido fue extraído de nuestro suelo con tanto dolor, y los restos de esos buques son también parte de nuestro territorio ancestral. Contienen raíces de nuestra memoria, el testimonio de generaciones de nuestros ancestros que extrajeron forzadamente, transformaron y dieron forma a mucho del contenido de esos yacimientos.” Declaraba el Tata Reynaldo Quispe, de la nación Caranga a Pecados del Arte.
Por supuesto la opinión de los indígenas, España se la pasa por el forro, que ni sabe quienes son. Colombia que los mata de hambre y miseria, y ya no digamos Estados Unidos cuyo lema durante más de 200 años fue "The only good Indian is a dead Indian".
Ya sé que es mucho pedir, que los de IV Flota, cuando naveguen por encima del San José, actúen con el mismo respeto y homenaje, que exigen cuando el visitante recorre el hundido USS Arizona Memorial en Pearl Harbour, pero sería un detalle frente al cínico latrocinio expoliador de tumbas de unos, y la claudicación vergonzosa por su incapacidad manifiesta de otros.
Jorge Llopis Planas
Director de Pecados del arte





