La decisión del Consejo de Ministros extraordinario celebrado este sábado, de solicitar del Senado (donde el PP ostenta la mayoría absoluta) la aprobación de un paquete de medidas para tomar el control del Govern de la Generalitat de Catalunya, en el marco del controvertido artículo 155 de la Constitución, ha generado una catarata de reacciones políticas de toda índole. El PP, Ciudadanos y el PSOE apoyan al Ejecutivo de Mariano Rajoy en este momento grave donde, aunque el presidente Rajoy lo niegue, estamos ante la intervención de la Generalitat por parte del Gobierno central, por cuanto se cesa a todos los miembros del Govern para gestionar sus competencias desde los respectivos ministerios en Madrid. Pero ha de valorarse que quizás no había otra posibilidad dada la permanente amenaza por parte de Carles Puigdemont y de los partidos que le dan apoyo, ERC, PDeCAT y la CUP, de proclamar la independencia de Catalunya.
Desde un punto de vista balear, ha de suponerse que el PSIB no está en absoluto a favor de las medidas que el Gobierno se propone aplicar en Catalunya, aunque el prudente silencio que han guardado durante todo el sábado es clamoroso, pues ni se muestran discrepantes ni apoyan la medida que tan claramente apoyó Pedro Sánchez en un acto de su partido en ... Pero las declaraciones del expresident y actual senador autonómico, Francesc Antich, calificando hace unos días de “marrón” una eventual votación en el Senado, son muy descriptivas.
Més per Mallorca se ha adherido al discurso independentista, calificando la situación de “golpe de Estado” del Gobierno español, que implica la suspensión de la democracia en Catalunya. Podem se ha expresado en parecidos términos. Ambos criticaron duramente tanto al PP como al PSOE. Y Més per Menorca anunció que pedirá la dimisión de los senadores autonómicos Antich y José Ramón Bauzá si votan a favor del artículo 155.
Ante esta coyuntura, se atisban algunas voces desde la izquierda que consideran que para presionar al PSOE a abandonar su posición de apoyo al PP en la crisis catalana, hay que romper los pactos que los socialistas mantienen en las principales instituciones con las formaciones que se oponen al artículo 155. Aunque de momento estas opiniones son minoritarias, a nadie se le escapa que en el seno del PSOE este apoyo a Rajoy no es unánime y hay quien preferiría desmarcarse del PP y Ciudadanos. Pero cabe preguntarse si la solución a la crisis es extender la inestabilidad a otras comunidades y dejar en minoría a gobiernos de izquierdas liderados por el PSOE. No lo parece y conviene pedir serenidad y prudencia a la hora de afrontar esta grave crisis. Hacer pagar al PSIB en las instituciones de Balears por las decisiones que sobre Catalunya se adoptan en Ferraz no es sensato.