He leído que el Consell de Mallorca, que había presentado una vía conectora para Palma que era una delicia para la naturaleza, que incluso la mejoraba, ahora cambia el proyecto por algo aún mejor. Pero, oigan, que yo me había creído que aquello era insuperable, que aquello era sostenible, que era increíble. Tanto es así que me fui a la zona donde van a expropiar casas y me puse a discutir con los vecinos. Y casi los convenzo. Les dije que aquello era insuperable, que era hipermegaecológico, que no había por dónde criticarlo. Ustedes verán: ¿qué hago ahora? Francina: ¿qué hago ahora? Yo había asegurado que lo que no fuera la vía conectora, sólo podía ser peor para el medio ambiente. ¿Qué digo ahora? Francina: ¿reconozco mi credulidad y que fui engañado? Perdonen las ironías, pero es que todo esto es para echarse a reír. ¿Le han vuelto a cambiar el nombre? ¿No le han puesto “semi via casi conectora”? Para que parezca aún más ligera.





