Fuerzas desarmadas

El sábado se celebra el Día de las Fuerzas Armadas. Nuestros ejércitos, los de hoy, son una fuerza compuesta por unos 14.000 profesionales que dedican su trabajo al mantenimiento de la paz. No solo la paz de nuestras fronteras del sur, también las de los países en conflicto a los que nuestro ejercito ayuda en misiones de paz o de acciones disuasorias. Los recortes en el presupuesto nacional también les afectan. Ellos callan y cumplen órdenes. La crisis económica ha impuesto una retirada antes de lo previsto de Afganistán. Se han quedado unos 300 efectivos para terminar el trabajo y asegurar la vida y las haciendas del personal civil que ha colaborado con las tropas españolas. Estos, no soldados, son los que ahora deberán enfrentarse a una nueva vida. ¿Quién les defenderán ahora a ellos? España les ha ofrecido asilo político, pero la gran mayoría de estos colaboradores se quedarán en su localidad de Herat, en la provincia de Badghis e intentarán seguir trabajando para las fuerzas de la OTAN o para los americanos. Los militares de Baleares que sirvieron en Afganistán los conocen y se preocupan por su futuro. Pero así es la vida, la guerra y la paz. Los recortes llegan al desfile, antiguo de la Victoria y ahora de la Fiesta Nacional. Este año costará unos dos millones de euros menos que el último desfile organizado por la ministra socialista Carme Chacón. No habrá tanto desfile, ni tanta maquinaria de guerra. Pero se confirma que estará la cabra de la Legión. Es una buena ocasión para agradecer a estos hombres y mujeres de los tres ejércitos y de la Guardia Civil su vocación, su esfuerzo y su servicio a la Patria. Esa que está formada por las autonomías, la península, las islas y los más de 46 millones de personas que vivimos en España. El sábado se celebra el Día de las Fuerzas Armadas. Nuestros ejércitos, los de hoy, son una fuerza compuesta por unos 14.000 profesionales que dedican su trabajo al mantenimiento de la paz. No solo la paz de nuestras fronteras del sur, también las de los países en conflicto a los que nuestro ejercito ayuda en misiones de paz o de acciones disuasorias. Los recortes en el presupuesto nacional también les afectan. Ellos callan y cumplen órdenes. La crisis económica ha impuesto una retirada antes de lo previsto de Afganistán. Se han quedado unos 300 efectivos para terminar el trabajo y asegurar la vida y las haciendas del personal civil que ha colaborado con las tropas españolas. Estos, no soldados, son los que ahora deberán enfrentarse a una nueva vida. ¿Quién les defenderán ahora a ellos? España les ha ofrecido asilo político, pero la gran mayoría de estos colaboradores se quedarán en su localidad de Herat, en la provincia de Badghis e intentarán seguir trabajando para las fuerzas de la OTAN o para los americanos. Los militares de Baleares que sirvieron en Afganistán los conocen y se preocupan por su futuro. Pero así es la vida, la guerra y la paz. Los recortes llegan al desfile, antiguo de la Victoria y ahora de la Fiesta Nacional. Este año costará unos dos millones de euros menos que el último desfile organizado por la ministra socialista Carme Chacón. No habrá tanto desfile, ni tanta maquinaria de guerra. Pero se confirma que estará la cabra de la Legión. Es una buena ocasión para agradecer a estos hombres y mujeres de los tres ejércitos y de la Guardia Civil su vocación, su esfuerzo y su servicio a la Patria. Esa que está formada por las autonomías, la península, las islas y los más de 46 millones de personas que vivimos en España.

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