Álvaro Gijón, exteniente de alcalde de Turismo y Coordinación Municipal de Palma durante la pasada legislatura, ha reconocido que en el asunto del segundo casino “hemos fallado todos un poco”. Este reconocimiento de culpa que llega tarde y no sirve de nada, supone que es posible que la Justicia acabe dando la razón a los promotores del casino Teatro Balear en su litigio contra Cort.
Este reconocimiento de culpa llega tarde y no sirve de nada
Lo cierto es que los políticos están para solucionar problemas y no para causarlos. Y si por alguna razón se yerra en la toma de decisiones o en el procedimiento, su deber es buscar una salida. Máxime si, como es el caso, se trata de la misma Administración la que causa el daño y tiene en su mano corregirlo. Nada de eso sucedió en el caso de los vencedores del concurso convocado por el Govern autonómico para otorgar una segunda licencia de casino en Mallorca y ahora será la Justicia la que deberá solucionar el desaguisado.
No se puede olvidar que el casino Teatro Balear ha sufrido un quebranto económico brutal pues cerró el bingo para acondicionar el establecimiento, ha realizado una cuantiosísima inversión económica en la obra y en la compra del equipamiento y además, en la formación del personal que había de incorporarse a la plantilla del nuevo casino, gente que ha visto frustradas sus posibilidades de trabajar en aquello para lo que se han formado durante meses. Tantos perjudicados por un funcionamiento de la Administración no es admisible y alguien tiene que asumir responsabilidades por todo lo ocurrido.