El hombre había salido a dar un paseo por los alrededores de su casa en Inca y no había vuelto. Su familia, alertada, avisó a los servicios de Emergencias y la Guardia Civil rápidamente activó a sus efectivos y entre ellos, a los especialistas del servicio cinológico.
Porque Ronin es especialista en encontrar personas. Su asombrosa capacidad olfativa, dirigida y potenciada durante años de instrucción, hacen de él la herramienta definitiva para dar con humanos desaparecidos. A veces -como en esta historia- se llega a tiempo. Otras, por desgracia, no. Y para evitar esto último, la máxima es ponerse en marcha cuanto antes: las primeras horas son claves. Las pistas siguen ahí.
En este caso, el perro olfateó una prenda del anciano facilitada por su familia, y se puso a rastrear el olor por el extrarradio de Inca. Lo encontraron aturdido, tendido entre la maleza y aterido de frío después de pasar la noche a la intemperie, pero con vida y en buen estado de salud.
"Cada persona desprende un olor muy concreto y único. Son billones de células, de partículas que orbitan en torno a nosotros y ellos son capaces de distinguirlas del resto siguiendo su rastro", explica a mallorcadiario.com Israel Luengo, su guía. Guardia civil desde hace 22 años y guía canino desde hace 14, confiesa que se metió al servicio cinológico por su infinito amor y admiración hacia los perros. Se entienden con la mirada: son un equipo.
La familia la completa Hanoy, una pastora belga también especializada en personas, y se amplía con el resto de compañeros guías y sus perros. En total, seis en Mallorca, dos en Menorca y uno en Ibiza.
Ronin tiene siete años y está en perfectas condiciones físicas. Su guía le augura todavía una larga trayectoria. Ojalá. Larga vida a los héroes de cuatro patas.
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