El Govern podría poner un anuncio en los periódicos pidiendo dónde está el contenedor con el yodo radiactivo que se perdió en el Coll d'en Rabassa. Porque esto, nada más ni menos que esto es lo que acaba de suceder en nuestra ciudad. Como quien se olvida de los 'donuts' en casa. Como quien se deja el móvil. Nada, un olvido cualquiera. El bidón radiactivo fue llevado por una mujer al ambulatorio del Coll d'en Rabassa, afirmando que se lo había dejado en su casa otra persona que se había marchado de vacaciones. El bote estuvo allí unas cuantas horas hasta que alguien se dio cuenta de que el símbolo de radiactividad que lucía tal vez significara radiactividad. Y, efectivamente, era lo que nos temíamos. ¿Pero cómo una persona puede tener en casa este bidón, cuando no se entrega jamás a los pacientes? ¿Es que aquí el material radiactivo se da a los enfermos como si fuera una crema para las arrugas? El Govern nos ha explicado que ha sido un fallo en la cadena de custodia, lo cual tranquiliza a todo el mundo. Menos mal, ya sabemos que no es que el bidón naciera allí, sino que hubo un fallo en la custodia. Sólo es una “mala praxis”, según explica el director general de Energía del Govern. El bidón, que ya no tenía ningún riesgo, ha sido trasladado a Son Dureta para ser tratado como los residuos nucleares, justamente ahora que no tiene ningún problema. Cuando tenía riesgo es cuando estaba perdido. Curiosamente nos explican que era una radiactividad con una vida de ocho días. Muy curioso porque el material radiactivo suele durar millones de años, pero aquí no, aquí es como un yogur, caduca en una semana. A ver si hemos descubierto un nuevo tipo de energía nuclear y no la estamos explotando. Por lo menos, si es una radiactividad que dura ocho días, que no se gasten el dineral en usar el mecanismo de destrucción de los residuos nucleares que es muy caro.
