La imagen de Iago Negueruela, portavoz parlamentario del PSIB, en la manifestación por el derecho a la vivienda celebrada el sábado en Palma, junto a otros diputados socialistas, resulta tan llamativa como cínica. La protesta, legítima y necesaria, canalizaba el malestar ciudadano por una crisis habitacional que asfixia a miles de ciudadanos en Baleares. Pero que el PSIB pretenda ahora abanderar esa reivindicación social, cuando ha tenido durante años la responsabilidad directa sobre el problema, es una burla a la inteligencia.
Durante ocho años, los gobiernos liderados por Francina Armengol, con Negueruela como uno de sus principales escuderos, no solo fueron incapaces de frenar el encarecimiento del acceso a la vivienda. Únicamente fueron capaces de proyectar unas pocas promociones de viviendas de protección oficial, algo absolutamente insuficiente; haciendo oídos sordos a las peticiones del sector inmobiliario. Sus políticas de vivienda resultaron ineficaces y propagandísticas. Que los socialistas aparezcan ahora entre pancartas y proclamas, como si nada de esto tuviera que ver con ellos, demuestra hasta qué punto la política puede caer en el oportunismo más descarado.
Que los socialistas aparezcan ahora entre pancartas y proclamas, como si nada de esto tuviera que ver con ellos, demuestra hasta qué punto la política puede caer en el oportunismo más descarado.
Así lo ha denunciado con claridad el tuit del GEN-GOB de Ibiza, que resume el sentir de muchos: "Ja n’hi ha prou que els partits protesteu a l’oposició per allò que heu provocat estant al govern. Tots sense excepció". Un mensaje que no solo señala al PSIB, sino a toda una clase política que utiliza las pancartas para blanquear sus incoherencias y errores, intentando apoderarse de las protestas en su propio beneficio.
Lamentablemente, no es la primera vez que Negueruela recurre a esta maniobra. Todavía se recuerda su participación en una protesta en julio de 2024 a favor del Tren de Llevant, después de que el PSOE perdiese el poder en las principales instituciones de Baleares, cuando en ocho años de Govern de izquierdas no fueron capaces de proyectar ni un solo metro nuevo de vía férrea.
La crisis de la vivienda no admite más cinismo. Exige responsabilidad, coherencia y voluntad real de resolver el grave problema de la vivienda, caracterizado por una oferta insuficiente y una demanda excesiva. Lo demás —manifestarse contra el incendio que tú mismo has provocado— es pura impostura.
Un comentario
La toma de rehenes es una estrategia tipica de la izquierda, enciendes el fuego, lo avivas y luego vas a aparentar que la culpa es de otros, con discursos populistas. Tiran la piedra y señalan a otros