Estos días de luna llena y menguante me ha venido a la cabeza un pensamiento recurrente, ¡el sexo masculino está totalmente perdido!
Ha sido un dolor de cabeza que me ha llegado después de una buena charla con mi amigo el carnicero, un personaje de lo más carismático que me ofrece cada vez que voy a hacerle la compra unas simples pero reales conclusiones de la vida con sus porqués y opiniones al respecto.
Hablábamos sobre lo duro que es la vida sin amor, la necesidad de sentirse querido sea esporádica o totalmente. Todo ello depende de como sea la persona, si es independiente, si tiene apegos, si es comprometida o más bien liberal, hace que todo su entorno se crea en base a esas premisas de personalidad.
Pero a parte de la personalidad de cada uno, que ello es personal e intransferible, lo que más me llama la atención en el cambio generacional que se esta produciendo actualmente en la sociedad con el poco protagonismo y cabida en este panorama que tiene "el hombre". Que decir tiene que sería imposible vivir sin "hombres" en el planeta, pero el nuevo siglo ha creado los cimientos del nuevo cambio generacional hacia "la mujer", ahora trabajadora, más guerrera, mas seductora, mejor amante, que sabe lo que quiere y que no esta supeditada a su marido como antaño lo estuvieron nuestras abuelas.
Por ello creo que la figura masculina esta sobrellevando un cambio de actitud y "ser" sin igual, ya que si el macho en cuestión es flexible y adaptable tendrá todas las oportunidades de disfrutar aún más si cabe de su estatus, pero si es recto en sus valores de macho "Alfa", corto de orígenes y primitivo de entrañas tendrá una fuerte complicación en su nueva vida y disfrutar de la nueva Era la de “la mujer” le costará un poco más.
Como decía Gala León hace un año, "No voy a pedir perdón por ser mujer" dentro de su sector muy masculino. Pero con el tiempo y las nuevas generaciones que se avecinan en breve oiremos a mas de un hombre rezar la misma frase al revés.
Hoy en día y cada vez más ,el hombre, como parte de la sociedad anda perdido con su "yo", hay muchos que se han puesto las pilas y creen en la igualdad de oportunidades y que la similitud de recorridos en la vida para ambos sexos debe ser una realidad. Otros en cambio reniegan de esas creencias y quieren seguir jugando al juego de hace 40 años.