Hoy, día de Navidad , y seguramente reunidos alrededor de una mesa, mirando a los que tenemos al lado, nos damos cuenta de que la familia es lo más valioso que puede tener todo ser humano.
Ha llegado la hora de devolver a la familia su contribución a amortiguar una de las peores crisis económicas que hemos vivido. Es la hora de la familia, y la queremos poner en el centro de de la sociedad, así como de las funciones sociales que cumple y que no puede cumplir ninguna otra institución que no sea la familia
Una política integral de familia debe contener medidas concretas, de carácter universal, dirigidas tanto a apoyar y promocionar a la institución familiar como a protegerla. Y la mejor manera es aglutinar, coordinar y evaluar las ayudas a todas las familias, realizando el informe de impacto familiar en todas las leyes.
Ante el invierno demográfico en el que estamos es imprescindible realizar una política de fomento de la natalidad, removiendo los obstáculos para que las familias tengan los hijos que deseen, y de apoyo a la maternidad.
Rebajando la presión fiscal a las familias con deducciones autonómicas, aumentando el límite de ingresos para que más familias puedan acceder a ellas. Universalización de las ayudas a las familias, instaurando, gradualmente, cheques de servicios para cubrir las necesidades familiares, como libros escolares, guarderías, o el transporte público. Estableciendo bonificaciones proporcionales al número de miembros de las familias en todo tipo de suministros básicos y en el acceso a bienes culturales.
Uno de los problemas con que se encuentran las familias es el de la dificultosa conciliación entre vida familiar y laboral. Para solucionarlo hay que incetivar a las empresas, con bonificaciones y deducciones, para impulsar la flexibilidad horaria, el teletrabajo y una bolsa de horas familiar.
Hay que modificar las leyes ideológicas aprobadas por el Govern (igualdad, LGTBI, infancia….-) para preservar el derecho constitucional de los padres a la educación de sus hijos según sus convicciones.
Reduciendo drásticamente la lista de espera para el acceso a las ayudas económicas y asistenciales de las personas con dependencia, y promoviendo las ayudas de asistencia a domicilio y de acompañamiento
Una política de familia limitada casi exclusivamente a las políticas sectoriales o para los miembros de la familia en cuanto individuos (como se viene realizando en la actualidad) resulta siempre una política familiar incompleta.
Si comparamos la familia de la sociedad actual con la familia de otros tiempos pasados, comprobamos que no sólo sus funciones sociales han variado, sino que ha empezado a desplegar otras nuevas. Y esto ha hecho a la familia adquirir más importancia.
La situación por la que está atravesando la institución familiar hace que, hoy más que nunca, la familia tenga necesidad de una protección especial por parte de las autoridades públicas
El apoyo a la familia no puede quedar limitado a un reconocimiento de su importancia como institución y de las funciones sociales que cumple, sino que también debe incluir el apoyo con medidas concretas. En caso contrario, sería un apoyo teórico, irreal e ineficaz.
Mirando otra vez a nuestro alrededor, demos gracias por la familia que tenemos, y cuidémosla imitando a la sagrada familia de Belén.