Foto: J. Fernández Ortega
El convento católico palmesano de Santa Catalina de Siena y la iglesia contigua del mismo nombre se habían construido en la segunda mitad del siglo XVII, en la calle Sant Miquel. Sus propietarias eran las monjas dominicas, que tres siglos después —en concreto en 1962— vendieron el convento, que sería derribado a los pocos meses para dar paso a la creación de la urbanización esencialmente residencial y también comercial de Los Geranios.
La iglesia de Santa Catalina de Siena quedó al margen de aquella venta, por lo que siguió en pie. Además, en aquella época fue declarada monumento histórico-artístico, lo que garantizaba su conservación. Por lo que respecta a las monjas dominicas, se trasladaron en su momento al nuevo convento de su orden en Palma, que se construyó en el Camí Vell de Bunyola.
El antiguo templo de la calle Sant Miquel continuó abierto y celebrando oficios religiosos con normalidad. Ya en los años noventa, los padres mínimos pasaron a ocuparse de él entre 1996 y 2000, fecha esta última en que se marcharon de Santa Catalina de Siena. Su adiós fue debido a que fueron requeridos por el superior de su orden para que se trasladasen a Barcelona, ante la escasez de nuevas vocaciones. El Obispado de Mallorca, que en aquel momento presidía Teodor Úbeda, decidió entonces que dicha iglesia quedase cerrada al culto, valorando incluso la opción de reconvertirla quizás en un museo.
Finalmente, en noviembre de 2002 el citado templo fue reabierto y cedido a la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú, que le puso como nueva denominación la de parroquia de la Natividad del Señor. Su rector pasó a ser el archimandrita —equivalente a monje— Makary, abad ortodoxo de raíces mallorquinas. La única condición que puso el Obispado de Mallorca a los nuevos usuarios fue que mantuvieran las capillas, los retablos y las imágenes originarias sin retirar ningún objeto ni elemento, como así sucedió.
Los únicos pequeños cambios de acondicionamiento que se hicieron entonces fueron la colocación de un iconostasio —mampara con imágenes sagradas pintadas— frente al altar y el acomodo de diversos iconos en los laterales, así como el empleo de cortinajes ante las capillas. Esa misma decoración es la que permanece todavía ahora vigente en el lugar, según hemos podido comprobar en nuestra reciente visita a esta iglesia. Las dos únicas novedades reseñables con respecto a hace veintitrés años serían que ahora hay allí una pila bautismal —antes no la había— y que existe un espacio en donde se venden libros e iconos para los feligreses.
Nos acompaña en nuestra visita el actual sacristán de la Natividad del Señor, Eugenio, natural de Bielorrusia, que lleva ya quince años desempeñando esa función. "Las misas son aquí parcialmente en ruso y parcialmente en castellano", especifica. Asimismo, comenta que en las festividades religiosas más importantes cuentan con la asistencia de fieles ortodoxos rusos, búlgaros, rumanos, ucranianos, bielorrusos, moldavos, españoles y griegos, entre otros. "En ocasiones, han llegado a ser unas quinientas personas en total", destaca.
Con independencia del convenio de cesión de Santa Catalina de Siena, los lazos entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en Mallorca han sido y son muy sólidos y positivos, al igual que en cualquier otro enclave en donde están presentes ambas confesiones. No en vano, estas dos iglesias proceden de un mismo tronco común —el cristianismo— y estuvieron unidas durante el primer milenio de la era cristiana.
De hecho, hasta el denominado 'gran cisma' de 1054 no solía hablarse casi nunca de católicos y de ortodoxos como tales, sino sólo de la 'Iglesia' como un todo, conformada por los sacerdotes y los fieles cristianos de Occidente y los de Oriente, que poseían, eso sí, sus propias particularidades y especificidades culturales. Antes de dicho cisma ya había habido discrepancias doctrinales y también políticas entre la Iglesia cristiana de Occidente y la de Oriente, si bien la fractura se produjo esencialmente por la problemática del filioque, expresión que significa "y del hijo".
Para los cristianos de Occidente, el Espíritu Santo procedía del Padre y del Hijo, y así se reflejaba en el Credo que rezaban, mientras que para los cristianos de Oriente el Espíritu Santo sólo procedía del Padre, por lo que no aceptaban aquel Credo y defendían su propio Credo, una circunstancia que precipitó la citada ruptura o separación del año 1054.
A partir de esa quiebra de la unidad entre Occidente y Oriente, la máxima autoridad de la Iglesia católica siguió siendo el Papa de Roma, mientras que la principal referencia de la Iglesia ortodoxa pasaría a ser el Patriarca de Constantinopla. Con posterioridad, habría varios intentos de reunificación entre ambas confesiones, por ejemplo en el siglo XV con el Concilio de Florencia, en donde se lograría de manera momentánea ese deseado objetivo.
Sin embargo, con el tiempo se acabaron diluyendo o difuminando los consensos alcanzados en aquel concilio, por lo que los caminos de católicos y ortodoxos se volvieron a separar, sin que desde entonces haya habido nuevos acercamientos significativos. Cabe recordar, en este contexto, que en la mayoría de países en donde la Iglesia ortodoxa pasó a ser mayoritaria de forma definitiva, hubo determinadas comunidades cristianas que, por diversas razones, decidieron permanecer fieles a Roma. Dichas comunidades leales al Vaticano forman parte de la denominada Iglesia católica oriental o Iglesia greco-católica.
Un hecho quizás poco conocido es que en la Iglesia ortodoxa hay no sólo sacerdotes célibes, sino también sacerdotes casados —popes—, una circunstancia que también se da en la Iglesia greco-católica. Pero tanto en un caso como en otro han de ser hombres que hayan contraído matrimonio antes de ser ordenados sacerdotes, pues la Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica oriental no permiten que los sacerdotes puedan casarse después de su ordenación ni tampoco en caso de que enviuden.
La relación actual entre católicos y ortodoxos es muy buena, sin olvidar que unos y otros comparten las mismas Escrituras, los mismos sacramentos y la misma tradición. La estructura de la liturgia también es igual en ambos casos, aunque la misa católica es un poco más breve que la ortodoxa. Por otro lado, cuando un cristiano abandona la Iglesia católica y se marcha a la Iglesia ortodoxa, o viceversa, no se dice que se ha "convertido", sino que se ha "pasado a", pues la fe es la misma, y, por tanto, no se trata de una conversión. En ese sentido, quienes optan por ese cambio no se tienen que volver a bautizar.
Ambas confesiones son, además, las que cuentan con más fieles en todo el mundo en el ámbito común del cristianismo, con unos 1.300 millones de católicos y unos 300 millones de ortodoxos aproximadamente. En el caso concreto de la Iglesia ortodoxa, la mayoría de sus seguidores se encuentran en los países del Este y en los Balcanes, si bien en el resto de Europa cuentan sin duda con una representación relevante, incluyendo también la Península Ibérica. En España y Portugal hay, globalmente, casi un millón y medio de fieles ortodoxos. En cuanto a Mallorca, hay unos 18.000 ortodoxos en total, 6.000 de ellos rumanos.
Uno de los rasgos distintivos de la Iglesia ortodoxa es que las congregaciones de cada país poseen su propia autonomía y su propio patriarca. Así ocurre, por ejemplo, en Rusia, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Grecia, Serbia y el resto de países en donde esta religión está presente. En ese sentido, si bien el más alto representante de los ortodoxos sigue siendo el Patriarca de Constantinopla —Bartolomé I, en la actualidad—, esencialmente es considerado sólo como "el primero entre iguales", tal como confirma a mallorcadiario.com el archimandrita Makary, ya retirado.
El sucesor del padre Makary como rector de la Natividad del Señor ha pasado a ser el padre Víctor, natural de Ucrania, a quien le preguntamos acerca de los servicios religiosos que ofrece su parroquia. "Los sábados hacemos las vísperas y los domingos las liturgias", concreta. Asimismo, nos explica que en Palma hay hoy otras dos iglesias dedicadas al culto ortodoxo, la de la comunidad serbia y la de la comunidad rumana.
El responsable de la parroquia ortodoxa rumana, denominada de San Lucas el Evangelista, es el padre Nikolai Dovos. La sede de dicha iglesia se encuentra ubicada en la capilla del Seminari Nou, en el Camí Salard, con la autorización del Obispado de Mallorca. "Allí hacemos el culto, normalmente sólo en lengua rumana, con una media de asistencia de unas cien personas", indica. Por último, recuerda que su parroquia lleva ya unos veinte años en Ciutat.
La existencia de una parroquia ortodoxa serbia en Palma se remonta, por su parte, a diecisiete años atrás, según relata el padre Miquel, nacido en Palma y rector de San Miguel Arcángel, que está ubicada en una planta baja de la plaza Jorge Luis Borges. Dicho prelado también nos cuenta que la comunidad ortodoxa serbia fue la primera que contó con un templo en Mallorca, en concreto en 1999 en Cala Sant Vicenç, "en el comedor de un antiguo hotel, que hacía las funciones de iglesia". El inmueble que utilizan ahora es, en cambio, de su propiedad, "con lo cual tenemos una iglesia cien por cien bizantina".
"Hago la misa en eslavo antiguo, que es la lengua litúrgica oficial, así como también en serbio, en catalán y en castellano", señala. Durante nuestra conversación, descubrimos que el padre Miquel conoce la historia de Santa Catalina de Siena y de la Natividad del Señor casi mejor que nosotros mismos. "En 2002, yo aún no formaba parte de los ortodoxos serbios, sino de los rusos, por lo que trabajaba con el padre Makary", confiesa. De hecho, el padre Miquel no sólo negoció entonces con el Obispado los términos de la cesión de Santa Catalina de Siena, sino que también construyó el iconostasio de la Natividad del Señor, una iglesia que, desde hace ya casi un cuarto de siglo, ortodoxos y católicos llevan igualmente en el corazón.
El Ayuntamiento de Ibiza ha informado que el Pleno del Consistorio, reunido este sábado en…
Lejos de las grandes alianzas o las franquicias, la hotelera española pisa fuerte con una…
El Servigroup Peñíscola FS denunció este sábado las condiciones en las que jugó el partido…
El Illes Balears Palma Futsal ha respondido que "no comparte" el contenido del comunicado emitido…
Albares ha explicado que el cónsul en Tel Aviv ha podido tener "el primer contacto…
El Grupo Socialista del Consell de Mallorca presentará en el pleno del próximo jueves una…
Esta web usa cookies.