Palma volverá a convertirse en capital mundial del fútbol sala el próximo 7 de noviembre. El Palau Municipal d’Esports Son Moix acogerá la Final de la Copa Intercontinental, en la que Illes Balears Palma Futsal luchará por el título frente a Peñarol en un encuentro que asoma como la cita deportiva más importante del otoño en la isla, con retransmisión confirmada en más de 200 países.
La presidenta del Govern, Marga Prohens, ha celebrado el anuncio y ha destacado que repetir sede evidencia que el club local “se ha consolidado en la élite”. En su intervención, Prohens ha resaltado que el éxito deportivo se traduce también en beneficio para la isla. “Mallorca mira al mundo y el mundo mira a Mallorca”, ha afirmado, agradeciendo la implicación del Ayuntamiento y de los patrocinadores para traer de nuevo la final a Son Moix.
Anderson Andrade, CEO de Mundo Futsal y organizador del torneo, ha explicado que la organización ha optado por repetir la sede pese a ofertas internacionales de países como Arabia Saudí, Brasil, Uruguay o Bélgica. Andrade ha defendido la capacidad logística y el atractivo turístico de Palma como razones para celebrar otra vez la “fiesta” del futsal en la isla.
"PALMA EN EL CENTRO DE ATENCIÓN MUNDIAL"
Para la Federació de Futbol de les Illes Balears, su presidente Jordi Mora ha subrayado la proyección internacional del evento. “No solo hará vibrar a Mallorca; colocará a la isla en el centro de atención mundial”, ha afirmado, recordando que la coordinación entre administraciones es clave para garantizar la seguridad y la logística del torneo.
José Tirado, presidente del Palma Futsal, ha agradecido a organizadores e instituciones y ha aprovechado para recordar que las entradas salen a la venta hoy a las 12.30 horas. Tirado ha insistido en la importancia del respaldo público y privado. “Es imprescindible que las instituciones sigan volcadas con el proyecto”, ha dicho, y ha destacado la apuesta del club por consolidar un proyecto deportivo con alcance internacional.
IMPACTO Y DIMENSIONES DEL EVENTO
La organización cifra en torno a 50 millones de euros el impacto económico —directo e indirecto— asociado a la final; una estimación que incluye gasto en alojamiento, restauración, transporte y retorno mediático. Además del revulsivo económico, la cita promete atraer miles de aficionados y generar un importante flujo de visitantes en una temporada tradicionalmente más tranquila para el destino.
En lo estrictamente deportivo, la final enfrentará a campeones de distintas confederaciones y reafirma el momento de auge del Illes Balears Palma Futsal, que en los últimos años ha escalado posiciones en la élite europea. La semana de la final incluirá además actos promocionales, actividades paralelas y presencia de figuras del futsal con el objetivo de convertir la cita en un acontecimiento que combine espectáculo y promoción del destino.








