Una vez digerido el Ciutat de Palma, resulta evidente que a Dudú Aouate y su cohorte le va a hacer falta algo más que dinero y la sombra de Abramovich para generar ilusión entre el mallorquinismo. Tal vez sea una palabra muy manoseada, pero las gradas, con un aspecto más que raquítico, denunciaron que la ilusión se ha perdido entre gran parte de la afición.
Es bueno que el club cambie de propiedad, que lleguen nuevas ideas y que los rostros sean diferentes, pero hay que hacer algo más. No bastará con sentarse en el palco y levantarse para saludar, porque lo que el Mallorca necesita ahora, más allá de la gestión, es recuperar su masa social. Y sin eso, por más dólares que vengan, la SAD será un cadáver.
Es duro escuchar al mallorquinista hablar de que el primer partido de liga en Valladolid será vital para despertar al socio, pero es así. La primera cita en Son Moix es a las 21.00 horas de un domingo y el equipo necesitará un buen resultado si quiere que haya aliento en las gradas. A todo esto, seguimos sin saber de quién será el club. Igual eso es lo de menos…