Para Felip Gelabert, delegado del COIAL en Baleares, “proteger no es prohibir; proteger es permitir que la actividad siga viva”. La ley reconoce a los agricultores y ganaderos como custodios del territorio, integrando suelos, agua, biodiversidad, energía, cultura y economía en un modelo que combina la protección ambiental y del paisaje con la actividad productiva.
El COIAL fundamenta su respaldo en la experiencia europea, que ha demostrado la eficacia de políticas basadas en la multifuncionalidad, la simplificación administrativa, la valorización en origen y la innovación sostenible. Gelabert asegura que la legislación balear sigue esta visión, fomentando territorios productivos y sostenibles donde agricultura, energía e innovación contribuyen al bienestar común.
Entre las medidas destacadas, el Anteproyecto incorpora la declaración responsable para agilizar proyectos, prioriza el uso agrario del agua y fomenta la reutilización de aguas regeneradas, consolida la función del campo balear como “gran filtro verde del territorio”, impulsa la agrovoltaica y el autoconsumo energético, moderniza el riego y digitaliza procesos. Además, redefine los residuos agrarios como recursos, permite actividades complementarias en las explotaciones y busca incentivar la reactivación de parcelas infrautilizadas y el relevo generacional, atrayendo a jóvenes y mujeres al sector.
Ximo Aguilella, decano del COIAL, ha destacado que el compromiso de la entidad es técnico y constructivo, proponiendo mejoras para que la ley genere resultados medibles sobre el terreno. Gelabert concluye que “sostener la agricultura viva, rentable y respetada es la mejor política de protección que puede tener Baleares” y asegura que el COIAL pondrá a disposición de la Administración su equipo técnico para garantizar una implementación eficiente y homogénea de la norma.
ASAJA: "UNA LEY HECHA PARA HOY"
Por su parte, ASAJA-Baleares ultima sus alegaciones al Anteproyecto de Ley Agraria y presentará esta tarde su postura en el Consell Agrari Interinsular a través de su presidente, Joan Company. La organización considera el texto “una ley hecha para hoy”, que corrige limitaciones y reconoce el carácter estratégico y multifuncional de la agricultura.
Entre los aspectos más valorados por ASAJA se encuentran la reducción de la burocracia, la simplificación administrativa y la eliminación de trámites innecesarios, que aportan mayor seguridad jurídica y eficacia. También destacan la regulación del régimen hídrico agrario, el impulso de actividades complementarias, el fomento del producto local y los canales cortos de comercialización, así como el apoyo al relevo generacional y la igualdad de oportunidades.
En el ámbito ambiental, ASAJA subraya que la norma refuerza el papel de la agricultura frente al cambio climático, integrando gestión forestal, uso sostenible del suelo y la posible comercialización de créditos de carbono.








