Con el tradicional despacho de S.M. el rey Felipe VI con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por más que con retraso debido a una dolencia súbita del presidente del Partido Popular, desde la Casa Real se dan por finalizadas la estancia oficial del jefe del Estado en el Palacio de Marivent. Un año más hay que decir que la presencia de la Familia Real en Mallorca es todo un acontecimiento social de primer orden que convierte a la isla en la capital del país. Además, en esta ocasión, la participación de don Felipe en las regatas de la Copa del Rey de vela en la bahía de Palma ha permitido verle disfrutar de su deporte favorito, aunque por el contrario la reina doña Letizia no se ha prodigado por el Real Club Náutico.
Sin embargo, el gesto que los reyes han tenido con los herederos de Joan Miró, visitando Can Prunera en Sóller, es digno de ser tenido en cuenta. Esta visita para contemplar la exposición “Pablo Picasso y Joan Miró, historia de una amistad”, junto a la princesa de Asturias y la infanta Leonor, es su forma de agradecer la cesión de 12 esculturas del genial artista catalán afincado en Palma durante la última etapa de su vida.
La relevancia que dicha visita proporciona al museo modernista de Sóller y a la propia exposición, así como a la obra allí expuesta, es difícilmente cuantificable y se suma a otras visitas que durante sus vacaciones protagonizaron los reyes junto a sus hijas en otras ocasiones, como cuando viajaron hasta Sóller en el tren, o cuando visitaron Sa Granja de Esporles.
En definitiva, los reyes están felices descansando junto a su familia en Mallorca y hay que confiar que sea por muchos años.



