El pequeño comercio de Mallorca arranca su particular fiesta prenavideña. Entre el 17 de noviembre y el 14 de diciembre se celebra la primera edición de La Gran Tómbola del Comerç de Mallorca, una iniciativa impulsada por PIMECO con el respaldo del Consell de Mallorca que busca animar el consumo, atraer clientes a las tiendas de proximidad y premiar la fidelidad de quienes siguen apostando por el comercio local.
El funcionamiento es sencillo y directo. Cada compra igual o superior a 30 euros en cualquiera de los más de 400 comercios adheridos se transforma en un rasca con un código. Ese número debe introducirse en la web oficial de la campaña, lagrantombola.com. Si la suerte acompaña, el consumidor podrá acudir al establecimiento correspondientes para recoger su premio. Y los premios, para qué negarlo, son llamativos.
La organización ha confirmado más de 200 regalos. Desde un lingote de oro de 10 gramos —valorado en unos 1.350 euros— hasta noches en hoteles de lujo, cenas en el único restaurante con dos estrellas Michelin de Baleares, viajes, artículos de moda, gafas, bolsos, tratamientos de estética, productos de alimentación y cestas regalo. Una auténtica batería de estímulos pensada para mover a la ciudadanía hacia las tiendas de proximidad en pleno arranque de la campaña navideña.
Carolina Domingo, presidenta de PIMECO, ha explicado durante la presentación que el mensaje que quiere proyectar el sector es que el comercio de Mallorca "no solo sigue vivo, sino que ha demostrado su capacidad de unirse y adaptarse para ofrecer experiencias distintas al consumidor”. Para Domingo, la propuesta nace con una idea clara: sacudir el mercado, incentivar las compras y recordar que las tiendas locales. “Siguen siendo el alma económica y social de nuestros pueblos y ciudades” ha asegurado Domingo.
PATROCINADORES DEL PROYECTO
La Tómbola cuenta también con una lista creciente de patrocinadores privados que han querido sumarse. Compro Oro Plaza Progreso, Cap Vermell Grand Hotel, el restaurante Voro, Blau Hotels, Ferrocarril de Sóller, Barcos Azules, el restaurante Diecisiete Grados o las Cuevas de Gènova, entre otros.
Desde el Consell de Mallorca, la consellera de Promoció Econòmica i Desenvolupament Local, Pilar Amate, ha destacado el impacto social que persigue la campaña. “Cada vez que compramos en un comercio de proximidad apoyamos directamente a las personas que viven de él, mantenemos vivos nuestros pueblos y barrios, nuestra identidad y fortalecemos el tejido económico de la isla”, ha señalado.
