Seguramente la supresión del Consejo Económico y Social (CES) de Balears durante la pasada legislatura fue una muy mala idea, básicamente por desmantelar un órgano estatutario de la Comunidad Autónoma, pero no es menos cierto que entonces se alegó que aquella decisión suponía un ahorro de 600.000 euros al año, lo cual en un proceso generalizado de recortes debido a la crisis económica y al desplome de los ingresos que se vivía en 2012, cuando se tomó la decisión por el Ejecutivo que presidía José Ramón Bauzá, no era moco de pavo.
Ahora que la crisis ha quedado atrás, que la economía crece, que se genera empleo neto y el paro ha descendido casi a niveles previos a la crisis, el Govern de Francina Armengol resucita el CES pero, contradictoriamente, pone al frente del mismo al exconseller de Hacienda de Francesc Antich durante el II Pacte de Progrés, Carles Manera, con lo cual lo dinamita desde el interior y le despoja de la más mínima independencia y credibilidad. Manera solo cuenta con el entusiasta apoyo de los sindicatos y de los partidos de los Acords pel Canvi. No es poco, pero con ello no logra ni de lejos que el CES sea percibido como un órgano independiente y neutral.
El afán colonizador de los órganos de la Administración por parte de los partidos políticos, singularmente del PSIB, es ya escandaloso. Lo que faltaba tras designar al destacadísimo parlamentario socialista Antoni Diéguez como presidente del Consell Consultiu de les Illes Balears, era rescatar a Manera. Aunque realmente nunca se alejó de la política y siempre se le vio en las fotos de las reuniones de la Comisión Ejecutiva del PSIB. Sus artículos en la prensa son constantes y jamás para hacer autocrítica. Hablar así de independencia es ridículo y constituye una tomadura de pelo. Por muy catedrático de la UIB que Manera sea, su nefasta gestión económica al frente de la Hacienda balear le perseguirá siempre. Bueno sería que el PSIB meditara sobre las razones de por qué cada vez que ha logrado presidir el Govern, a las siguientes elecciones lo ha perdido, con un mensaje muy claro y contundente de rechazo por parte de la ciudadanía. ¿Tiene Manera alguna responsabilidad en ello como para ahora ponerle al frente del CES? Lástima que no se respondan con honestidad a esta pregunta.





