La regulación del alquiler vacacional se está convirtiendo en el talón de Aquiles del Govern de les Illes Balears y también del equipo de gobierno del Ajuntament de Palma. Como se han preocupado de recordar desde APTUR, la Asociación de Apartamentos y Viviendas de Alquiler de Temporada de Balears, existen diferentes modelos de regulación muy distintos, pero el que se haga debe ser fruto del consenso y del diálogo, algo que se antoja muy difícil si no imposible en el actual estado de cosas.
APTUR critica que el nuevo alcalde de Palma, Toni Noguera, pretenda imponer el modelo “Ada Colau”, absolutamente beligerante con el alquiler turístico en el interior de la ciudad a fin de evitar que los vecinos acaben expulsados de los barrios más céntricos por los turistas. Y exige que el PSOE y José Hila metan en vereda a Noguera e impidan sus planes contra el alquiler turístico.
Olvida APTUR que en Cort gobiernan tres partidos en virtud a un pacto de gobernabilidad y que ni Noguera ahora ni Hila antes que él, pueden hacer lo que quieran, sino que deben consensuar cualquier medida con sus socios de gobierno.
Por más que desde APTUR se empeñen en negar los efectos negativos del alquiler turístico sobre el mercado de viviendas de alquiler, los datos están ahí y dada la gravedad de la situación, se impone una regulación restrictiva de esta actividad económica. Ahora se pagan las consecuencias de haber mirado hacia otro lado e incluso de haber favorecido la economía sumergida, permitiendo que cada cual hiciese con su propiedad lo que quisiera de cara al mercado de alquiler vacacional. Y el modelo “Ada Colau” que se aplica en Barcelona, sea posiblemente la única solución a esta problemática.
