Sevilla acogió, la semana pasada, la vigésima edición del Congreso Nacional de Hospitales. En él se dieron cita una amplia representación de directivos, profesionales y cargos de la industria sanitaria del país con el fin de debatir sobre experiencias innovadoras.
Desde el mismo martes, los digitales de las redacciones de baleares empezaron a emitir comunicados sobre actuaciones de áreas de MES en el Govern presentadas como reprobables. El núcleo principal se basaba en que agentes de la campaña electoral habían recibido asignaciones sin concurso de la vicepresidencia del Govern. Parecían casos aislados. Eran cifras poco importantes. Los titulares iban aumentando en intensidad y contundencia. Sin embargo, desde la distancia, no dejaba de parecer una tormenta en un vaso de agua.
El sábado, día 1 de abril, ya de vuelta, las portadas eran unívocas. Recogían a bombo y platillo la dimisión de la titular de la Consejería de Transparencia, Cultura y Deportes. La segunda consejera de transparencia del Govern y miembro destacado de MES Menorca que saltaba por los aires, en menos de dos años. Lo hacía acompañada por todos los cargos de la organización. Incluía la salida del partido del equipo de gobierno.
El 1 de abril, en Menorca, se celebra el día de las bromas, el “día de engañar”. Tiene una tradición similar al día de los inocentes. Se celebra también en Francia, Reino Unido, Italia, Portugal, Alemania, Polonia, Estados Unidos, el Libano, Japón, Suecia, Brasil … (Día del pescado de abril/April fools' day). Según la leyenda, la tradición nace en Francia, cuando el Rey Carlos IX, en 1564, por medio del decreto de Roussillon, trasladó las celebraciones de Año Nuevo, que se celebraban del 25 de Marzo al 1 de Abril, al 1 de Enero. Muchos franceses siguieron intercambiando regalos y organizando fiestas en la semana que concluía el 1 de abril. Los bromistas decidieron ridiculizarlos entregando regalos absurdos y convidando a fiestas inexistentes; así nació la tradición de hacer bromas el primer día de abril. Los cargos de MES colaboran con frecuencia en la celebración de las tradiciones menorquinas; también en ésta.
La inmortalización gráfica de la rueda de prensa del cese/dimisión de la consejera arropada y acompañada por los cargos del partido, emulaba la pose de un equipo de fútbol. Una verdadera inmolación colectiva. Por un momento pensé que el desarrollo de la noticia incluiría alguna instantánea en la que, de espaldas, aparecerían con un monigote blanco, de papel recortado. Parecía una broma muy bien orquestada. Impactante, graciosa y risible. No era imaginable que los autonombrados referentes éticos de la política balear, se dieran de bruces con el suelo. Por una causa por la que llevan décadas atosigando a los demás grupos políticos. Con redoblados esfuerzos por la “penalización” de faltas administrativas.
Pero la realidad supera la ficción. Lo que aparentaba una representación teatral y atrevida, no era una perfecta inocentada, sino la realidad. De broma no tenía nada.
Fue el segundo ciclón de la semana en la isla. El primero no natural. Ha sido la génesis de la segunda gran tormenta que agita al Govern, después de las expulsiones de las comunistas de Podemos, Huertas y Seijas.
Este tornado nos hace ver que en la política balear todo es posible. Todo, menos que el esquilmado PP post Bauza, después de haberle propinado el mayor autogolpe de la historia de la política autonómica a su propia organización, tenga la posibilidad de generar, en esta legislatura, una mayoría alternativa; no suman solos ni acompañados. La debacle electoral del senador impide la alternancia, incluso después de la triple fragmentación de un gobierno tripartito.
Por último, no hay que olvidar, como diría el mismísimo Mark Twain, popular escritor, orador y humorista, que “el 28 de diciembre – (el dia de los inocentes) - nos recuerda lo que hemos sido durante los otros 364 días del año”. Vivir para ver.
