PLANIFICAR LA CLAVE PARA QUE VAYA BIEN

La llegada de un bebé a un hogar con perro

La llegada de un bebé a un hogar donde convive un perro puede traer algún conflicto y, aunque no suele ocurrir, es recomendable planificar el tema de manera adecuada. Hay que tener en cuenta que nuestro perro, generalmente, no sabe como actuar ante la presencia de un bebé que posiblemente va a quitarle el protagonismo que anteriormente había tenido.

Todos los perros sienten curiosidad por lo nuevo, y un bebé que acaba de llegar es un acontecimiento sin precedentes para nuestra mascota. Querrá olfatearlo y tocarlo y sobre todo intentará investigar cuál es la novedad que llama tanto la atención de sus dueños.

La primera consecuencia, totalmente normal, es que los padres presten más atención al niño que al perro, lo qué hasta ese momento, no ocurría. Antes de su llegada, nuestro perro era el centro de atención. Pero partir de ahora, deberá aprender a compartir el protagonismo.

Este cambios no deben suponer ningún problema. Algunas personas rechazan a sus perros por miedo a la conducta que el perro pueda tener pero si se establece un protocolo para la presentación del bebé, todo saldrá perfectamente

¿Qué debemos hacer?

-      En primer lugar hay que hacerle participe de la ilusión que tenemos por la llegada del bebé. Incluso antes de la llegada. El perro forma parte de nuestra familia y hay que hacerle entender que el nuevo miembro va a convivir con nosotros, que es un bebé indefenso y hay que cuidarle.

-      Procuraremos seguir con la misma rutina de paseos y atención que habíamos dispuesto para el perro antes del gran acontecimiento

-      Administrar a nuestra mascota antiparasitarios internos y externos antes y después del nacimiento del bebé, porque tanto la madre como el niño tienen el sistema inmunológico debilitado.

¿Qué no hay que hacer?

-      Excluir al perro de la novedad de la llegada un nuevo miembro a la familia. No encerrarle ni separarle de la familia cuando llegue el bebé. Lo podría ver como una amenaza.

-      No darle al perro juguetes parecidos a los que pueda tener el bebé, como peluches u otros juguetes que emitan sonidos, ya que el perro puede confundirlos con el llanto del niño y, además, pueden provocar que el perro intente apropiárselo.

-      Dejar al perro a solas con el bebé, ya que puede hacerle daño sin querer (subirse encima, poner su pata sobre él).

- Cuando el bebé empiece a gatear (que es cuando el perro se interesará más por él), no dejar que se acerque a su comedero, ni que el perro juegue de una forma muy brusca estando cerca.

Es normal que el perro tenga, al principio, celos del recién llegado, por la atención que acapara, pero pronto podremos ver que, como el bebé está en la cuna y no se mueve, no tiene ningún interés para el perro. Será cuando empiece a gatear, es decir, cuando se asemeje más a un cachorro, que el perro quiera jugar con él.

No hay que tener ningún miedo de la llegada de un bebé a un hogar con perro, aunque si algo de precaución. La alegría que supone la llegada de un nuevo miembro a la familia podrá ser compartida tanto por los padres como por el perro si se hacen las cosas bien.

Javier Rodríguez Batallé

 

JR BATALLÉ EDUCACIÓN CANINA   “Todos podemos aprender a comunicarnos  mejor con nuestros perros.

http://about.me/jrbatalle

 

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