Hilos, agujas, pinturitas o recortes de prensa son solo alguno de los ejemplos de los innumerables objetos que se pueden guardar dentro de las míticas cajas de galletas danesas. Todos tenemos un familar, conocido o amigo que usa estos envases metálicos para atesorar sus más preciadas pertenencias. Y es que para guardar las cosas más precidas de nuestra vida lo mejor es hacerlo en las cajitas que han estado con nosotros desde que nacimos.




