Las personas, lo primero

Las personas son lo más importante y la protección de su salud, su bien más esencial. Precisamente por esto, las personas que las instituciones dedican a la gestión de las enfermedades de las personas, deben ser las mejores desde el prisma técnico, profesional y humano.

Rafa Nadal, el español más querido y universal, a propósito de la nominación de un profesional, sin experiencia en las pistas, para la dirección del equipo nacional de la Copa Davis, afirmó que él, por razones obvias, no se veía dirigiendo hospitales. Por desgracia, nosotros si vemos a diario, perfiles de todo tipo menos expertos sanitarios, para la gestión de nuestra salud.

Viene a cuento, en la medida en que, a los pocos meses de haber devuelto al corral a la inefable Pilar Farjas y encargar las riendas técnicas del Ministerio de Sanidad a Rubén Moreno, se han redefinido los aspectos capitales que han permitido recuperar el rumbo, el sentido común y la confianza en la gestión de la asistencia sanitaria.

Cuatro grandes apartados de la reforma para la sostenibilidad del SNS estaban generando clara disfunción. Y lo veían todos menos los que tenían que verlo.

Dejar fuera de la asistencia básica reglada a los ciudadanos empadronados de larga evolución era un atentado a su dignidad y un problema de salud para todos.

No establecer medidas que descarguen del desembolso del copago farmacéutico a los ciudadanos sin recursos y persistir en inaplicable copago de los medicamentos hospitalarios ni es justo ni es inteligente.

Empantanar el acceso a las innovaciones farmacológicas con gran valor terapéutico debilita nuestro sistema de salud.

Enfocar al ciudadano como objetivo prioritario de las políticas de salud y basar las decisiones técnicas en los profesionales son dos premisas básicas poco discutibles que se habían depreciado.

La cercanía de las elecciones es un momento en el que se recupera la vista, se clarifica la mente y se recobra la audacia para tomar decisiones pertinentes; … siempre que antes se haya tenido la previsión de dejar la nave en manos de una tripulación competente.

La reforma sanitaria para la sostenibilidad tiene luces y sombras. Gran parte de los principales objetivos pueden considerarse cumplidos. Su reformulación, evaluación y rectificación son esenciales para hacerlo al menor coste posible y minimizando los efectos secundarios.

Como el errar es humano, rectificar las decisiones desafortunadas es una de las bases del buen gobierno. Baza que sólo puede utilizar el buen gobernante, el que ha tenido la precaución de apoyarse en un buen equipo. Solo el dirigente que ha considerado, en su momento, apoyarse en buenas personas…, como lo más importante de su acción de gobierno.

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