Si una cosa no puede negarse es que tenemos unos partidos políticos muy solidarios con los adversarios. A la que uno tiene problemas enseguida se esforzará otro para también tener embrollo y así cubrir un poco las vergüenzas ajenas. Esta semana le ha tocado a José Ramón Bauzá (PP) quitar espacio mediático al inconcluso culebrón de Podemos en Baleares.
Las señoras Xelo Huertas y Montserrat Seijas han puesto de relieve presuntas irregularidades -o actuaciones poco respetuosas con el código ético de Podem, si se prefiere- del sr Alberto Jarabo en relación a las contrataciones de la productora audiovisual Quindrop con IB3 durante la presente legislatura. Jarabo se defiende diciendo que vendió sus acciones y que él ya no mantiene ninguna relación con esta empresa, intentando que obviemos quién es su pareja sentimental y madre de sus hijos.
Sin embargo, hay algo de las declaraciones de Huertas y Seijas que huele a chamusquina. Dando un halo de veracidad a sus aseveraciones -máxime habiendo leído los artículos referentes al tema publicados durante la pasada semana por mallorcadiario.com- llama poderosamente la atención que ambas se hayan decidido a manifestar la actuación nada observante con el código ético podemita por parte de Jarabo ahora precisamente que han sido expedientadas.
Ha sido ahora y no antes que ambas diputadas han decidido hablar, ahora que se rompen sus vínculos con la formación morada. Es decir, que hacía tiempo que conocían lo que están hablando pero prefirieron callar. Es decir, otra vez, que de no haber sido expedientadas y apartadas del grupo hubieran seguido callando y tapando lo que ahora consideran una grave irregularidad.
Señoras Huertas y Seijas, pues lo que han hecho es contribuir a la imagen de putrefacción que tiene la sociedad de los políticos -y por desgracia de la Política-, pero no como denunciantes, sino como partícipes del festín mientras les convenga. Lo siento sra presidenta del Parlament, no ha conseguido llevarnos a su huerto.
