Gallegos, catalanes y baleares son los ciudadanos que menos acuden a votar para elegir a sus presidentes autonómicos, con medias de 58, 60,6 y 62,2 %, respectivamente, desde 1983, mientras que los que más participan en las elecciones son castellanomanchegos (75,5 %) y extremeños (74,9 %).
Trece autonomías celebran sus elecciones de forma simultánea -todas menos Andalucía, Galicia, el País Vasco y Cataluña- desde la instauración de la democracia, con lo que en total se han llevado a cabo ocho comicios autonómicos, los de 1983, 1987, 1991, 1995, 1999,2003, 2007 y 2011.
La media de estos ocho comicios pone de manifiesto que Castilla-La Mancha registra las cotas más altas de participación a nivel nacional, ya que el 75,5 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto acudió a las urnas el día de las elecciones.
En segundo lugar figuran los extremeños, con una media del 74,9 % de participación y, por detrás y en tercer lugar, los cántabros, con un 72,7 por ciento, una cifra que también muestra un alto índice de movilización. Riojanos (72,4 por ciento) y valencianos 71,6 (por ciento), también se encuentran entre los ciudadanos que, mayoritariamente, deciden personarse en los colegios electorales para elegir a su presidente autonómico.
Los castellanoleoneses (71,5) y los murcianos (71,1) se encuentran en el sexto y séptimo lugar, respectivamente. Por detrás de estas regiones figuran Cataluña, País Vasco, Andalucía y Galicia, comunidades que lograron la autonomía por la"vía rápida" a través del artículo 151 de la Constitución -y cuyos comicios se empezaron a celebrar antes de 1983-, pero que no registran porcentajes de movilización tan elevados.







