¿Quién dijo que aquí no creemos en Internet? Vamos que si creemos. Superamos al Silicon Valley y a quien se nos ponga por delante. Pruebe a ir a la estación de autobuses, a la ventanilla de información y pida los horarios de cualquier bus. Como se ve que ya no nos quedan folios o toner o impresora o, mucho más probablemente, vergüenza, no dan horarios. No hay horarios. Pero como somos modernos, la respuesta es “bájeselo usted de Internet”. Ustedes verán: como experiencia turística, no tiene comparación. Esto no me pasó ni en Botswana.





