¿Crédito?. No, hace mucho tiempo que Armando de la Morena lo perdió. Otra cosa es que se lo hayan prolongado. Como si un banco alargara los plazos de tu hipoteca o te la renovara. Son muchas semanas de indefinición o, mejor dicho, de ausencia de determinación. El declive era y es evidente por mucho que un director deportivo sin conocimientos ni autoridad se haya escondido tras la presunta fidelidad de los jugadores. El vestuario ha sido leal con su técnico, pero ser fiel va por otros derroteros. Y pleno caos el presidente viaja a Asia sin afrontar el problema. Ninguna sorpresa, hace tiempo que el Atlético Baleares dejó de ser un club serio, se retrató con Nico Lopez, perdió los papeles con Gustavo Siviero, se equivocó con Ziege y quiere parecer una entidad profesional con modos y personas que no pueden dirigir ni la comunidad de propietarios de sus pisos. Pero la fiesta del descenso del Mallorca terminó hace meses y no han superado la resaca. Tiene un entrenador peor, un equipo peor y un cuerpo ejecutivo, Volkman a la cabeza, paupérrimo.
En el otro extremo de la clasificación, el líder se dejó dos puntos en Olot. Si, se puede permitir el lujo debido al colchón de puntos que atesora. Sobre un terreno de juego más parecido a una huerta, un equipo en posición de descenso, desarmó sus naves con los antídotos más simples. Bastó marcar muy encima a sus piezas clave, Salva Sevilla y Lago Jr., para anular su creatividad y dejar en evidencia a los sobrevalorados Alex López y Abdón, siempre previsibles y, en esta ocasión, también estáticos. El primero vio la tarjeta amarilla de rigor por la idiotez de turno. Los gerundenses no hubieran merecido al gol en la única oportunidad de la que dispusieron pero, pese a disponer del balón la mayor parte del tiempo, el Mallorca no tuvo muchas más.
El hombre propone y dios dispone. Debía ser una jornada feliz y devino en una infeliz verbena.
