Leo con estupor que la Generalitat de Cataluña, que tiene un caos financiero comparable al de Baleares, convocará cinco mil plazas más de funcionario durante el año que viene, según el proyecto de Presupuestos en el que está trabajando. Ustedes verán: la función pública española necesita una urgente revisión, porque sus niveles de eficacia son extremadamente bajos, fundamentalmente a causa de la ausencia de riesgos laborales entre quienes detentan esta situación. Su productividad es baja, aunque en ocasiones su cualificación es alta. Es urgente mejorar la profesionalidad de estas estructuras, que definitivamente deben de dejar de estar al mando de políticos habitualmente mucho menos cualificados que los propios funcionarios. Mientras esto sucede, el espectáculo de que la tercera región (país, dirían ellos) más endeudada de España, convoque cinco mil plazas de funcionarios revela que no tenemos remedio, que no hemos entendido nada, que vamos indefectiblemente hacia la debacle





