El refranero castellano incluye abundantes alusiones a la mentira, que si se coge antes a un mentiroso que a un cojo, que si tiene las patas muy cortas. Lo malo de mentir es quien lo hace una vez normalmente repite y hay quien hace del embuste una enfermedad crónica, si no compulsiva, para acabar sin decir nunca una sola verdad.
Maheta Molango intentó disfrazar de campaña publicitaria sus alusiones al ascenso que negó haber señalado como objetivo. Vamos, que para arreglarlo reconoció públicamente haber engañado al socio al programar un slogan en el que nunca creyó. Más lejos fue su director deportivo, expresivamente impasible como su jefe. Argumentar que no fichó a un delantero, un “9” en el mercado de invierno porque Brandon marcaba goles y Lekic ya se había estrenado prueba una intolerable dejadez en su trabajo. El de Santany marcó su último gol de la primera vuelta el 19 de noviembre al Sevilla Atlético y no volió a ver puerta hasta cinco meses después, el 30 de abril, en el Ramón Sánchez Pizjoan. Y en cuanto al serbio, ¿hablamos del mismo jugador del que Sergi dijo que no estaba preparado para jugar más de 30 minutos, aunque en Anduva le diera 43?. Por el contrario trajo a dos laterales el mismo lado, la izquierda, porque el club quería deshacerse de Oriol e igual que con Oscar Diaz y Salomao, les salió el tiro por la culata. ¡Menos lobos, caperucita!.
EL CEO del Mallorca se ha reído durante toda la temporada del mallorquinismo. Justifica su ausencia del palco por su carácter pasional, otra trola que se desmonta cuando, ante la rueda de prensa del martes, pidió refuerzo policial. ¿Creía que los informadores iban a agredirle?. No, ni siquiera con alguna pregunta.
Un ex jugador bermellón me decía que el equipo ha descendido a Segunda B, pero el club ha muerto. Coincido con su conclusión, si bien hace tiempo que ya me convencí de ello y escrito quedó en varias ocasiones. Y con esta gente estén seguros que no resucitará.





