Tal cual. Palabra por palabra, en la boquita de Zapatero ayer en un mitin en Santander: “miente como un bellaco el que diga que hemos hecho recortes”. Tal cual. Ni rebajaron los salarios de los funcionarios, ni retrasaron la edad de jubilación, ni han limitado la contratación de profesores en la educación, ni han cambiado la legislación laboral que reduce la indemnización por despido, ni quitaron el cheque bebé, ni suprimieron el Ministerio de Igualdad, ni retiraron los 400 euros de ayudas familiares. Nada. Eso no ha ocurrido. Es mentira. Somos unos redomados bellacos. Las frases de Zapatero son muy preocupantes desde todo punto de vista: si realmente piensa esto, tiene que hacerse ver porque cualquier noche se equivoca, se olvida de que es Presidente, y no duerme en Moncloa; si quiere manejar a la opinión pública, roza peligrosamente los niveles de manipulación más obscenos, propios de países indignos de su talla; si considera que las decisiones de su partido, en el ejercicio por una vez responsable del cargo, no son recortes, entonces es que ni las dos tardes de Jordi Sevilla le han bastado para enterarse de nada. Pero aún más bochornoso es el tono indignado, violento, con el que quería sacudirnos nuestro convencimiento. Como diciendo “ni se te ocurra poner en duda mi postura”; como amenazándonos por constatar la realidad. Tremendo para el sentido común, tremendo para la política desapasionada, tremendo para la racionalidad.
