La declaración de Baleares como región en fase epidémica por gripe, con una incidencia de 37,3 casos por cada 100.000 habitantes, debería servirnos de alerta. La consellera de Salud advierte de que el pico epidémico se espera durante las fiestas navideñas, y por tanto recomienda encarecidamente el uso de mascarillas, tal como ya se generalizó durante la pandemia.
Es fácil olvidar lo aprendido estos últimos años: mascarilla, higiene de manos, ventilación. Pero ahora no es momento de bajar la guardia. En unas semanas, muchas familias volverán a reunirse, compartiendo comidas, juegos -a veces en espacios cerrados-, con abuelos, niños, personas vulnerables. Justo en esos entornos, el riesgo de contagio de gripe -especialmente de la cepa AH1N1, la predominante según las autoridades baleares- aumenta.
El uso de mascarillas en reuniones familiares, encuentros navideños y espacios cerrados debería considerarse un gesto de responsabilidad colectiva
Que la mascarilla se haya convertido en símbolo de época pandémica no significa que haya perdido su razón de ser. Al contrario; este invierno, su uso en reuniones familiares, encuentros navideños y espacios cerrados debería considerarse un gesto de responsabilidad colectiva. No se trata de alarmismo, sino de prudencia. Si algo aprendimos con el COVID-19 es que la prevención salva vidas.
Además, la vacunación contra la gripe sigue siendo fundamental, especialmente en mayores, personas con patologías crónicas o convivientes de colectivos vulnerables. Pero la vacuna no lo es todo. La convivencia social, las reuniones navideñas, las sobremesas, los abuelos deseando abrazos… todo eso implica riesgo. Y la mascarilla, bien utilizada, puede marcar la diferencia.
Por tanto, para este final del 2025 y el comienzo del 2026 la consigna debería ser clara: mascarilla, sí. Y no sólo en hospitales o centros de salud, sino también en casa, en las comidas familiares, en los encuentros con amigos. Más que una imposición, es un acto de civismo y cuidado. Que la Navidad no sea una excusa, sino un motivo para protegernos unos a otros.
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