Ustedes han estado leyendo en este digital o en cualquier otro medio de comunicación el espectáculo lamentable que se ha conformado con la elección de un director para IB3. Un desastre: los unos bloquean una propuesta bastante razonable porque creen que han visto una oportunidad para sacar rendimiento político, mientras los otros nombran ni más ni menos que a su conseller de Presidencia para dirigir la televisión. Los que pusieron a sus amigos al frente de la tele acusan a los otros, que también pusieron a los suyos y ahora quieren repetir experiencia, de ser parciales. Una vergüenza impropia de gente seria. Pero, dicho esto de nuestros dirigentes, leamos qué comentarios hacen los ciudadanos, que al fin y al cabo es la cantera de la que salen nuestros políticos: descartemos de entrada los mensajes que insultan, difaman e incurren en delitos; lo que queda es un verdadero listado de estupideces, en el que se puede encontrar cualquier cosa, desde quien pregunta por qué el PP no tira por la calle del medio y se deja de dialogar, a quien acusa a estos fascistas de querer manipular, creyendo que han ganado las elecciones cuando sólo les votó el 30 por ciento. Oigan: es imposible que de una sociedad así salga otra cosa más que lo que tenemos. Metafísicamente imposible. Y eso es lo que tenemos, nos guste o no.
