Nuevo curso, nueva ley

Abróchense los cinturones que despegamos a un viaje inolvidable que nos llevará hasta el país de Nunca Jamás. Esa exótica y lejana isla donde los niños nunca crecen y no están sometidos a ninguna regla; y donde el único objetivo es divertirse y pasárselo bien.

Pero ahora me estoy dando cuenta que no hace falta viajar hasta allí. Ya estamos en el país de Nunca Jamás. Aquí, los niños, educativamente hablando no crecen. Y los colegios se están convirtiendo en entornos lúdicos donde los niños asisten únicamente para divertirse.

Este país de Nunca Jamás no es fruto de la invención de los niños, o de lo que es peor, de la intención de los menores. Este país es el resultado de las políticas educativas de nuestros gobernantes. A buen seguro, para el próximo curso escolar tendremos Ley de Educación nueva.

Y esto, digo previsiblemente ocurrirá así puesto que el Estado de alarma que se aprobó ayer en el Congreso de los Diputados y que se prolongará hasta el próximo mes de mayo propiciará que el Gobierno haga lo que quiera. Así de simple.

Además, y en lo que respecta a la Ley de Educación, se aventura una norma sobre la que no habrá consenso de la comunidad educativa. Una ley sobre la que no habrá debate parlamentario. Y esto, es gravísimo. El derecho a la educación es un derecho fundamental recogido en nuestra Constitución y la legislación de éste debería someterse al acuerdo político y social.

Ayer, además, conocimos que la Fiscalía investiga a la Ministra Celáa por dictar un Real Decreto Ley que contempla dejar pasar de curso y promover la titulación de los alumnos sin limitar el número máximo de suspensos. En la evolución de este proceso, veremos de qué manera funciona y actúa el Poder Judicial. Será una muestra más de realidad si hay una connivència o no de los poderes del Estado.

Se avecinan tiempos difíciles, pero para este viaje no hacían falta tales alforjas. A la Ministra empiezan a salirle setes en el camino. Empiezan las protestes y manifestacions por las decisiones tomadas en Educación. Necesitamos políticas decidides y comprometidas para avanzar como sociedad.