Facebook ha cerrado el perfil de Chicho Lorenzo, el padre del piloto Jorge Lorenzo, tras las críticas que han recibido sus comentarios en contra de un catalanismo que a su juicio quiere “anexionar” a Baleares. Se puede estar o no de acuerdo con sus pareceres, pero el debate radica en que si las formas y el contenido de expresarse son suficientemente inadmisibles como para echarle de la mayor red social del mundo. Posiblemente haya poco que discutir sobre si las opiniones de Chicho Lorenzo están cerca o lejos de la moderación. El dilema se centra si las palabras que ha utilizado superan los límites que acepta la red social. Estas son “tontos”, “fascistas”, y expresiones como “a ver si os enteráis de una p… vez”, y “lo defiendo como me sale de los c…”. Es decir, que la mayoría de palabras más fuertes se circunscriben a expresiones coloquiales, habituales en algún calentón. Es cierto que el padre del piloto mallorquín es famoso por haberse enervado en exceso alguna ocasión, y que llegó a pedir la quema de banderas, pero en sus últimos comentarios no hacía mención a ello. Puede que Facebook haya acertado o puede que no, lo que se ha demostrado es que con su medida ha pasado de ser un actor ajeno al debate a convertirse en uno principal. Su decisión ha dado proyección al papá de Lorenzo, y con toda seguridad de forma involuntaria, ha contribuido a exaltar las reacciones a favor y en contra de un sentir minoritario.





