El Málaga ha fichado a Cazorla, Tulalán, Joaquín y otros grandes futbolistas en el tiempo que ha durado el culebrón de Webó. Esta es la gran diferencia entre el Mallorca y el club malaguista. Enorme, descomunal diferencia entre una orilla y otra del Mediterráneo. Webó ha defendido sus derechos y el Mallorca los suyos, pero la imagen que ha dado el club ha sido, una vez más, la de una entidad venida a menos, que camina sin firmeza y que, sobre todo, no transmite entusiasmo. Guste o no, esa es la triste realidad. ¿O está la afición ilusionada?. Pierre Webó se ha dejado la piel en el campo, y no es una frade hecha. Es de los jugadores que más ha sudado la camiseta, sino el que más. Y ello a pesar de que, no se olvide, quisieron prescindir de él en plena temporada. ¡Tanto lío para al final venderlo por 1,2 millones!. Nuestro jeque de Sa Pobla sabe de fútbol y puede hacer con el club lo que le plazca, que para eso es el accionista mayoritario. Pero es un hecho demostrado—la vena poblera—que no tiene cintura para abordar con sutileza determinadas áreas del club. Precisamente la que domina Terrasa.
