Después de casi 5 años ininterrumpidos de previsiones económicas negativas, el pronóstico de crecimiento lanzado por la CAEB para el 2014 en la presentación del Informe de Coyuntura supone el halo de optimismo que los ciudadanos necesitan. La previsión de los empresarios viene refrendada por unas cifras del paro que han arrojado durante el año 2013 indicadores positivos.
Las crisis económicas siempre se manifiestan como crisis de confianza, hecho que se traslada principalmente en una retroacción del consumo y su consiguiente repercusión en la circulación de dinero. Por lo tanto, cabe que los ciudadanos y empresarios recuperen su confianza en la economía como primer gran paso.
Son ciclos. Sabemos que los procesos de auge y recesión se suceden en fases de 10 años, sin embargo, cada cierto período de tiempo se muestran con especial virulencia. Es el caso de la crisis económica actual, que ha sido comparada a la de 1972 en cuanto a sus efectos. Las altas cifras de paro, los desahucios y los casos de malnutrición infantil han llegado a ser a un nivel de cotidianidad que nos ha hecho inmunes ante ello.
Qué duda cabe también que todo lo acontecido obliga a las principales instituciones monetarias a establecer medidas de corrección para todos aquellos patrones de conducta que nos han llevado a la situación actual. Se afirma que no será posible volver a la situación de gasto desmesurado y de nivel de vida del primer lustro del s.XXI, aunque todo indica que es preferible que así sea.
Josep Oliver anunció que cuando la CAEB dispusiera de una nueva y moderna sede abandonaría su cargo al frente de la patronal. Oliver tiene la intención de dejar el cargo vacante en un buen momento. Qué duda cabe que también sería un buen momento la tan esperada salida de la crisis.