Todo es muy curioso en Europa: presumen de tener solvencia y gastan más petróleo que España, de quien decían que no teníamos dinero. Incluso Irlanda, que está sumida en una profunda crisis, no limita la velocidad en sus carreteras, con lo que está derrochando el dinero del petróleo, que después va a tener que pagar a precio de oro. Incluso Grecia, inconsciente, sigue corriendo en sus carreteras a 120 kilómetros, con destino al desastre. Pobre Europa, a partir de la semana que viene, va a contaminar más que España, lo cual muestra que aquí somos más sensibles que ellos ante el medio ambiente. En Francia, por ejemplo, los coches circularán 20 kilómetros más veloces que en España. ¿Cómo van a pagar el exceso de gasto del petróleo? Allá ellos, pero después que no nos vengan a pedir ayuda. Y no digamos Alemania: la que antes era considerada la locomotora de Europa, ahora se va a hundir porque no ha limitado la velocidad en sus autopistas. Nada: allí se puede ir a la velocidad que se quiera. Esto, como ustedes se imaginarán, les va a pasar factura. No quiero pensar dónde va a caer Alemania por no tener gobernantes serios. Seguramente tendremos que darles puestos de trabajo a su población, pero les vamos a tener que exigir que hablen castellano (catalán, en nuestro caso). Pobre Europa: lo decía José Blanco este fin de semana, está en manos de frikies y anarcoides que no se dan cuenta de cómo va el mundo, y claro, así les irá. En cambio, en España, según el telediario de la 1, del sábado, ejemplarmente todo el mundo, salvo el PP, entiende esta fantástica medida de reducir la velocidad en las autopistas. La redacción de este informativo no logró encontrar a nadie opuesto a esta limitación de velocidad, salvo, como siempre, el PP. Bueno, sí, encontraron unos ecologistas que piden que la limitación a 110 sea definitiva y a un conductor que dice que a él ya le basta con ir a 80. ¿Lo ven, como en España estamos más allá, estamos todos de acuerdo en dar ejemplo a Europa?
