Lo mío va mal. Ustedes verán: es relativamente normal que los articulistas escriban como si estuvieran en Mallorca, pero en realidad están de viaje. Yo no tengo experiencia en esto, sólo llevo cinco días en Mallorcadiario y he de ir alerta a que no me pillen desde el principio haciendo el 'indio'. Por eso como me iba a ir de viaje, dejé un artículo honrado diciendo que me marchaba, que iba a estar unos días fuera, aprovechando el puente que tenemos en el Instituto. Y miren por dónde, aquí estoy. O sea que estoy inventando la figura del articulista bobo, el que está aquí pero dice que está fuera. Claro, ¿cómo salgo hoy por la calle y que me vean mis amigos? ¿Cómo llamo por teléfono para decir que no me he movido? Todo el mundo pensará que estoy tan hambriento de esa aureola que dan los viajes que me los invento, que voy como si fuera por ahí y en realidad estoy debajo de la cama de casa. Pasen y vean: cinco días después de empezar, Pau Carbonell no para de hacer el ridículo. Me doy pena. No sé cómo explicarlo en casa ni a mis amigos. Pero ustedes ¿se imaginan por qué no me he ido? Por los controladores. Me han explicado lo suyo y yo mismo estoy dispuesto a dar parte de mi sueldo. Creo que habría que hacer una telemaratón por ellos. Es que oigan: estos tíos ganan 200 mil euros anuales. Es que algunos de ellos llegan a los 500 mil. Es que lo suyo es tremendo. No, no voy de bromas. Estos tíos tienen un fortunón y yo entiendo que estén pasándolo mal: ¿dónde va usted hoy con los ahorros de un controlador, y viendo que la banca está en la crisis, que cualquier día nos interviene el Banco Central Europeo? Usted y yo vamos tan contentos porque nos jugamos mil euros. A ver: a mí en la cuenta corriente ahora me quedan 3.000 euros, más o menos, y aún no me llegó la Visa del mes pasado. Y gracias a los controladores me ahorraré varios pases de Visa que iba a hacer en este puente. Por eso voy contento, porque no me pasaría nada si mi banco cae. Pero estos tíos no pueden estar en una torre de control y tener en casa ese dineral. Vean ustedes dónde está Botín, el tío este que pretende ser tan rico como un controlador: pues todo el día viajando de paraíso fiscal en paraíso fiscal. Hombre claro, con esa pasta hay que diversificar el riesgo. Y los pobres controladores, ahí están, dale que te pegó en las pantallas. Les deberían permitir subcontratar negros que les hagan el trabajo, tíos que cobren como un profesor y ellos dedicarse a gestionar su patrimonio. Bueno, no voy a dar más ideas. Por lo tanto, mi apoyo a los controladores. Lo suyo es muy duro.
