Carolina Velázquez presentaba sus obras en público por primera vez y para ello se preparó durante los últimos doce meses, seleccionando obras de sus primerizas etapas, y otras de la más actual.
Para esta aventura decidió mostrarse en un espacio distinto a lo que los artistas plásticos nos tienen acostumbrados, la clínica de estética @Tress by Sonia Canyelles situada en la calle 31 de diciembre, 9 de Palma.
Las piezas se distribuyeron en diversas salas de la consulta. Las más antiguas en las que exhibe la utilización del óleo para plasmar conceptos místicos, mensajes de ensoñación, de deseo, de recuerdos, de fantasía, estaban colocados en una sala interior y las más actuales en el habitáculo de entrada y en una zona lateral ambientada con una chimenea y con dos butacas barrocas de tonos cremosos y una decoración a juego con las obras y los elementos.
En la entrada te recibían con una copa de cava, una joven muchacha que se movía al son de una danza atávica, agitaba con las manos, dos velos verdosos y azulados y la música de fondo con un que saxofonista sonaba en directo.
El trabajo actual de Carolina es la consecuencia metódica de múltiples experimentos, de mezclas con diferentes técnicas en las que prioriza el escenario fotográfico
inventado por la artista y que permite desvelar una lectura de radiaciones empíricas, una faena sutil y delicada, construida con personajes cercanos casi siempre ella y sus hijos convertidos en modelos, dan vida a los protagonistas de las tramas. En un intento de parar el tiempo, manejando el uso de elementos, como el árbol de la vida, relojes de arena, escaleras infinitas, se suceden confesiones, conversaciones íntimas, legados que pasan de una generación a otra.
La resina epoxi y el aerosol completan cada una de las perspectivas y los encuadres metafísicos.
Hubo una notable asistencia de público, amigas, amigos y conocidos asistieron a la inauguración y estuvieron rodeados de estanterías con artículos para el cuidado personal y la belleza que se aliaron con las obras de arte.
El dueto entre la empresaria Sonia Canyelles y la artista Carolina Velázquez consiguió convencer por su originalidad y así lo manifestaron los numerosos y satisfechos visitantes.
Texto: Xisco Barceló