Le dieron las tres campanadas, el aviso del trompetín y el silbido del tren que arrancaba . Un sonido nada extraño para él, si bien, en esta ocasión, sonaron con mayor solemnidad en el “Valle de los Naranjos”. a Primo el Jefe de la Estación del Ferrocarril de Sóller, le acababan de dar el toque de salida y no demoró más la partida. Salió con el primer tren de la mañana del pasado Martes 20 de Enero hacia alguna parte. Un lugar, del que él, nunca supo a ciencia cierta cómo era ni quien le esperaría. Alguna vez le oí decir: “Si al final del trayecto dicen que nos espera el Padre de todas las cosas, seguramente que se portará bien ¿No?”
Sirvió durante muchos años en el Ferrocarril de Sóller como Jefe de Estación. Antes fue “tranviari”, cobrador y revisor en el tranvía. Era una persona agradable, simpática, culta, siempre sonriente y bromista, buen conversador, tolerante, abierto a lo distinto a lo diferente. Sólo le vi serio cuando hablaba de ciertos políticos y sobre todo de aquellos siniestros personajes de los años de pos guerra.
Gracias a él, me aprendí de memoria la alineación titular del Barcelona. Me refiero a los Ramallets, Segarra, Tejada, Gensana, Kubala, Cocksis, Eulogio Martínez Cibor. También me hizo memorizar las Capitales de los países del Mundo, sumas y restas etc. Me enseñó muchos aspectos culturales historias y anécdotas que se daban en aquellos días. Me enseño a jugar a fútbol y nunca olvidaré las tardes que -sin el permiso de mis padres y provechando que Primo tenía “franc”-, se las ingeniaba para que me quedará a jugar con él.”. Era cuando me traía una pelota que algún turista se había dejado olvidada en el tranvía.
Tampoco puedo olvidar, las veces que tras haber dejado la fiambrera con la comida para mi padre en la “ fábrica de Ca´n Padassot”, pasaba un ratito por la estación para ver arrancar el tren de las dos y, casi enseguida, salir corriendo hacia “S'escola de ses Marjades” . Me gustaba mucho ver las maniobras previas a la salida del tren. En aquellos días pensaba ser como el Señor “Porcel” -Gran amigo de Primo” que era maquinista y conducía el tren y además, jugaba de defensa con el Sóller otra de mis aspiraciones.
Algunas veces, cuando el Tranvía bajaba de cocheras para hacer su viaje de las dos hacía el Puerto, veía a Primo que acababa de comenzar su turno de trabajo . Muchas veces me invitó a subir y venga, paseos arriba y abajo, para finalizar con un regalo, casi siempre una peseta o dos “ reals foradats” o una moneda de dos cincuenta, que en el tenderete de Can “Virgol a Sa Plaça”, canjeaba por cacahuetes y cincuenta céntimos de chufletes para mi madre y aún me quedaba dinero suficiente para la mañana siguiente comprar un “llonguet “a nes “Forn des Camp de Futbol” y unas cuatro anchoas a “Sa Taverneta” “-Bons Aires”, anchoas a granel, que Madò Catalina me colocaba dentro del panecillo per “berenar a S'escola a s´hora des recreo”. Y, sin más demora, “per amunt” “cap a Ses Marjades” donde me esperaba el maestro “Don Jaime”, a quien le intentaba meter una trola de porqué no había ido a clase la tarde anterior. A veces colaba, otras no.
Nunca olvidaré las anécdotas que me contaba, sobre los años que estuvieron en sa Costera manejando y manteniendo las máquinas que daban energía eléctrica a la Ciudad de Sóller. De cómo la abuela hacía el pan y lo cocía en aquel horno al lado del mar, que borró del mapa, el último cap de fitbló de hace unos años. Contaba, como él y sus hermanos pescaban “morenas”a las que daban a olfatear un trozo de arengue y al menor descuido las ensartaban con un tenedor.
Se llamaba Primitivo Bauzà, era mi tío, es “concu”, como decimos en Sóller. Fue tranviari y Jefe de la Estación del Ferrocarril de Sóller y llenó mi niñez de vida, alegrías y ganas de libertad. Unos años de mi infancia que el pasado Martes se fueron con él...en so “Concun Primo”.
