Diario de Ibiza, haciéndose eco de la preocupación general que existe en Baleares por la baja cantidad de jóvenes que estudian en la universidad, entrevistó a un profesor de Econometría y Estadística de la UIB en Ibiza, un tal Alex Minchiotti, para que intentase interpretar esta situación. Los comentarios del profesor son, en general, muy sensatos: habla de que es muy difícil llegar a tener en Baleares, y aún más en Ibiza, una universidad potente dado que la demanda es muy pequeña. El académico analiza cómo se deben llevar a cabo diversos procesos para mejorar, pero siempre en un tono que no augura un éxito llamativo. Es como si dijera que, tras muchos años, sólo se podrá lograr que la UIB en Ibiza tenga una dimensión admisible. El periodista le insiste en la necesidad de mejorar la formación superior y el profesor, que además gestiona un gabinete de promoción de empresas para la patronal CAEB, dice que lo suyo es que la UIB se especialice en dar los masters, los postgrados que pide el empresariado pero, añade, esto también tiene sus problemas. Cita el caso de los estudios del mar que, aunque se pensaron, no han llegado a cuajar. Y en ese momento, y tras hacer incontables afirmaciones muy razonables, plantea algunas ideas que parece que está improvisando y que tienen que ver con lo que ha dado fama a Ibiza. Y menciona dos posibles post-grados que son, como mínimo, algo curiosos: dice que tras los años que Ibiza lleva dedicándose al ocio nocturno, se podrían hacer post-grados para disc-jockeys o para bailarines. Y la segunda idea es un master en planificación urbanística. Lo primero se comenta solo: un post-grado de la UIB en marcha nocturna es como si en Lepe impartieran master en sentido del humor; todo lo que hay que enseñar no se puede explicar. Y enseñar planificación urbanística en Ibiza es como estudiar comida tropical en Noruega. ¿Alguien se imagina a un alumno del master de urbanismo llegando a Ibiza en avión para hacer este post-grado? No, no se baja. Reemprende el vuelo inmediatamente.
